Pasarela

Lo que Miley podría aprender de Ariana

  • La joven estrella americana, de visita en España, ha sabido gestionar el éxito prematuro reconvirtiéndose en una artista adulta que defiende sus propias ideas con vehemencia

No se puede determinar si es el resultado de una buena gestión del éxito prematuro o más bien (y sería muy positivo que así fuera) los frutos de una personalidad tan arrolladora como interesante. Ariana Grande se ha puesto en su sitio y ha dejado claro al mundo que su reconversión a artista adulta no solo no va a acabar con ella sino que va a pulir esas pequeñas y a veces imperceptibles imperfecciones que tiene. Y es que Grande, por muy segura que la veamos de sí misma, solo tiene 22 primaveras y la rebeldía de la edad tiene que escapársele por algún poro de su porcelánica piel de celebrity.

Atrás quedaron esas escenas en las que la actriz reconvertida a cantante de éxito chupaba donuts del mostrador de una confitería ajena a que la estaban grabando las cámaras de seguridad o que entraba en un ascensor huyendo de sus enloquecidos fans al grito de "ojalá se mueran todos"; ambas situaciones con disculpa pública y aclaración incluída, lo que también hay que agradecer y valorar, pues es algo que la mayoría de las estrellas de su quinta, háblese de Miley Cyrus o Justin Bieber, no acostumbran a hacer cuando la lían parda, y en ellos suele ser más habitual. En su última visita a la radio, el presentador le preguntó a Grande qué objeto elegiría si tuviese que usarlo por última vez, si su maquillaje o su teléfono. Lejos de responder como una chica ajena a los problemas del mundo y con el cerebro como un cacahuete, la artista respondió: "¿Creéis que esos son los problemas de elección que tienen las chicas? Tenéis que refrescar vuestro concepto de igualdad". El clima, claro está, se tensó bastante y así se mantuvo hasta el final de la entrevista, pero Ariana en vez de marcarse un Justin Bieber (huyendo del estudio despavorido ante preguntas violentas, e innecesarias) se defendió y respondió hasta el final. Esta actitud no solo ha sido valorada por sus seguidores, los Arianators, sino además, y más importante, por sus progenitores, a los que Ariana va convenciendo, con la respuesta positiva que ello conlleva, pues son estos los que al final pagan los discos y compran las entradas para sus hijos adolescentes.

Ariana Grande, que este fin de semana ha visitado fugazmente Madrid como embajadora de la firma de bolsos Coach, para la que ha customizado una pieza, se deja llevar por los caprichos de la industria musical pero intenta mantenerse firme y en sus trece. Tan dulce como Selena Gomez y excéntrica en lo necesario como Miley Cyrus o Lady Gaga, y potente como Adele, es para muchos la nueva Mariah Carey.

Delgadita y con su 1'53 de altura, Ariana se siente grande, enorme, defendiendo sus ideas y ésa, entre otras, es la cualidad que la ha llevado a convertirse en la diva del momento.

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