París continúa destilando glamour con su Semana de la Moda, en la que ayer le tocó el turno de desfilar a Elie Saab, Stella McCartney y Giambattista Valli, entre otros. Sus colecciones, en general, sugirieron movimiento, imaginación y elegancia, con gran protagonismo de las transparencias y los encajes en vestidos innovadores y muy femeninos. La española Amaya Arzuaga también mostró una colección madura que sorprendió por sus innovadores cortes, volúmenes y usos del color. Un toque de clasicismo tras el punto punk de Vivienne Westwood y postmoderno de John Galliano durante el fin de semana.

Cada modelo en un único color, eso es lo que propusieron tanto Stella McCartney como Elie Saab a juzgar por sus colecciones, en las que también imperó el encaje.

La diseñadora británica se deslizó por el satén, la seda y la organza en una primavera-verano de fluidos tonos tierra que asumieron el cocodrilo y se recostaron sobre las flores. La opacidad fue variable en los primeros vestidos que combinaron la transparencia de la parte inferior con las formas holgadas. Los trajes de chaqueta y pantalón fueron de corte sobrio, recto, casi masculino, en una colección que optó deliberadamente por los conjuntos de un solo color o, como mucho, de combinaciones con blanco o negro. A McCartney le gustó experimentar con la dureza de una bomber larga que desfiló en solitario, y con la delicadeza de prendas inspiradas en la lencería y ropa de cama, como los vestidos de encaje. En la primera fila del desfile, que se celebró en la histórica Opera Garnier de París, estaban el ex Beatle Paul McCartney, padre de la diseñadora, además de la actriz Salma Hayek y la directora de Vogue, Anna Wintour. Sobre la pasarela, destacaron la modelo británica Cara Delevingne y la australiana Miranda Kerr.

Giambattista Valli, por su parte, presentó un pret-á-porter de cortes de original elegancia, con apuntes de origami y aperturas frontales, que incluyó vestidos transparentes y con mucho vuelo.

Aunque la auténtica sorpresa de la jornada fue Amaya Arzuaga y su atípico desfile de la tarde de ayer. Las sisas abiertas convivieron en asimetría con las capas que cubrían un hombro, mientras que las alas de las mariposas se construyeron en la espalda como papel. Las espirales enrollaron la tela en vertical en la parte frontal de las prendas, como pecheras futuristas, apetecibles y rítmicas. La cadencia de los diseños fue posible gracias a materiales como el gazar de seda, el crepé, la seda tramada o el neopreno ligero que favorecen que haya mucho movimiento y, al mismo tiempo, nada de peso.