Todos los ojos están puestos ya en Londres, donde está a punto de venir al mundo el tercero en la línea sucesoria al trono británico. El hijo o hija de los príncipes Guillermo y Catalina, aún sin haber nacido y sin saberse a ciencia cierta si es niño o niña, está suscitando mucha información y muchos están nerviosos ya por ver su carita. Las futuras tía materna, Pippa Middleton, y abuela, Carole, tendrán la primicia a la hora de comprobar si se parece más al padre o a la madre, pues está pensado que ambas asistan al parto en el hospital de St. Mary, un reconocido centro privado situado en Londres en el que, a estas alturas, ya hay cientos de medios y fotógrafos apostados esperando a un feliz acontecimiento para el que faltan días, o quizás sólo horas.

A lo largo de los nueve meses de este embarazo real, la duquesa de Cambridge ha logrado arrebatarle protagonismo a su hermana, Pippa, quien el día de su boda, el 29 de abril de 2010, hizo lo propio con ella. Ni su nuevo novio, el atractivo banquero Nico Jackson, ni su fichaje como colaboradora para la revista Vanity Fair han logrado acaparar tantas líneas como las primeras naúseas, los modelitos premamá de Catalina y los preparativos del alumbramiento al que ya se considera más mediático de los últimos tiempos. Es más, tanta ha sido la exposición mediática de Pippa desde que su hermana se casó con Guillermo de Inglaterra que desde la familia real inglesa se le ha pedido "contención" en sus apariciones públicas.  Consejo al que Pippa tampoco es que haga demasiado caso pues hace unos días, sin ir más lejos, la vimos compartir carantoñas y arrumacos con su novio en las gradas de Wimbledon.

No es nuevo que la hermana de la princesa Catalina rentabiliza como nadie su parentesco real. Su trabajo periodístico en Vanity Fair no es el primero para la joven, que en muy poco tiempo se ha convertido en una demandada gurú del lifestyle. También firma una crónica mensual llamada Friday Night Feasts en la revista de los supermercados británicos Waitrose, donde ha recibido algunas críticas por lo caros que son los ingredientes de sus recetas.

Su aventura como escritora, en realidad, dio comienzo el pasado año, aunque con más pena que gloria, con la publicación de Celebrate: A Year of British Festivities for Family and Friends, un libro donde ofrecía consejos para fiestas caseras. Ahora con Vanity Fair parece confirmarse el interés de la familia Middleton por expandirse a Estados Unidos con su negocio de artículos de fiesta Party Pieces. La prensa neoyorquina ha revelado, además, que los padres de Catalina y Pippa estaban estudiando mandar a Estados Unidos a la hija pequeña en beneficio de la empresa familiar en ciernes.

Pero no sólo Pippa amenaza con quitarle portadas a Catalina y su retoño. Hace un par de días saltaban los rumores de una posible boda del otro hermano de la princesa, James, con la presentadora Donna Air. Al parecer, la pareja está prometida, pero aún no han hecho pública la noticia. Se case o no y haga Pippa lo que haga, hay un/a nuevo/a protagonista de las revistas del corazón a punto de llegar al mundo: el bebé de los duques de Cambridge.