Religiosa o no, una boda sigue siendo un gran acontecimiento para las parejas, un momento de emoción, de diversión y encuentro en el que cada vez más quieren dejar huella en sus invitados, y en el que ellos quieren dejar de ser acompañantes y convertirse en protagonistas. La organización de un enlace ha cambiado mucho, ya no son ellas las que deciden cada detalle, los novios quieren participar en la elección del menú, opinan sobre el lugar del banquete o cómo serán las tarjetas de invitación, como pone de manifiesto un paseo por la feria Las 1001 Bodas, que se celebra este fin de semana en Ifema. Tampoco dejan para el último momento la elección del traje e incluso optan por tratamientos de belleza previos al enlace, “tanto como las novias”, indica María Jesús González, gerente de los laboratorios cosméticos Repavar. El diseñador García Madrid apunta que los novios ya no son los “secundarios” de una boda, mientras enseña su última colección que va desde el clásico chaqué, al esmoquin, sin dejar de lado trajes de boda que incluye el verde bosque. Consciente de que hay muchos tipos de enlaces, explica que “el cliente valora la calidad y el servicio que prestamos, siempre adaptado a las necesidades de cada novio”, con la seña de identidad de la firma en la que confluye “artesanía con modernidad”. Félix Ramiro, al frente de su firma desde hace 32 años, asegura que los “novios quieren ser más protagonistas. Buscan elegancia, ser ellos mismos en un día tan especial, no ir disfrazados”, advierte este costurero que añade que también ellos buscan, hasta con un año de antelación, “el traje perfecto”. “Conocen tejidos y buscan personalización”, asegura Ramiro. Ya no hay una boda estándar, hacer una boda distinta a las demás es la idea que tienen todos los novios en la cabeza. Es el caso de Patricia y Daniel, que en lo que va de año ya han asistido a cuatro bodas y para la suya quieren algo diferente. “Venimos con la intención de llevarnos ideas originales, que no hayamos visto hasta ahora, que diviertan” a los invitados, a los que los novios dedican tanta atención como a ellos mismos en esta celebración. Paola llega acompañada por su madre y su mejor amiga con la intención de buscar “ofertas de proveedores, ideas para el viaje, fotógrafo y vídeo”, ella misma, con la ayuda de una amiga, organiza su boda. “Hay servicios que suben mucho el coste”. Pero no todos pueden, el trabajo o vivir fuera de la ciudad en la que se celebra la boda son algunas de las razones por las que los novios recurren a Be&Co, la empresa de planificación de bodas de Beatriz Botella y Coral Osorio, donde la media de presupuesto con la que llegan es de 1.500 euros. “Nos llaman sus ángeles de la guarda porque les ahorramos estrés”, comentan entre sonrisas, ultimando detalles sobre vajillas temáticas, hoteles o floristerías, un diseño para “una boda muy a la medida” de los contrayentes. Samuel y Paqui recorren los stands empujando el carrito de su bebé, hojeando un folleto con anillos, “aún no los tenemos”, dice ella quien confirma, sin embargo, que su vestido ya está listo. Diseñadores de prestigio como Hannibal Laguna, Ulises Mérida, que presenta a una novia con diseños que “dan sensación de movimiento”, Isabel Nuñez o Leyre Valiente exhiben sus colecciones para novia en la feria. “Mis novias son mujeres que buscan algo especial y alternativo, pero que sobre todo quieren ir cómodas y huir de convencionalismos”, dice Leyre Valiente. Charo Izquierdo, la directora de 1001 Bodas, señala que en esta edición las propuestas se han reforzado. “Se ha ampliado el área LGTB, el espacio dedicado a la belleza y los complementos. Los novios tiene que saber que en la feria pueden organizar en un día su boda”. Chucherías, vajillas, fotomatones, catering, vestidos, mobiliario, iluminación o cócteles pueden poner la nota diferenciadora del acontecimiento, eso si antes no lo estropea la predicción de una pitonisa dispuesta a leer el futuro de las parejas en el espacio Wedding Wonderland. ¿Quién se atreve?