Pasarela

Tres bodas con sello real

  • España vivió los enlaces de los tres hijos de los Reyes en 1995, 1997 y 2004. Ninguno fue igual que otro pero permitieron que Sevilla, Barcelona y Madrid se volcaran con las celebraciones.

En plena resaca de la boda del príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, los españoles podemos recordar que nuestro país no tiene nada que envidiar al Reino Unido en cuanto a enlaces reales fastuosos y a ciudadanos volcados con ellos. Unos días antes de la boda del hijo mayor del príncipe Carlos, una encuesta ponía de relieve que a casi un 40% de los ingleses no les importaba en absoluto la ceremonia. Aun así, la crónica de la jornada vivida en Londres el viernes pasado demostraba que el otro 60% puede hacer mucho ruido. En España, en su momento, no se hizo ningún sondeo similar, aunque la cobertura mediática de los enlaces de los tres hijos de los Reyes, en los años 1995, 1997 y 2004 respectivamente, fue in crescendo. No obstante, si una ciudad se volcó con una boda, ésa fue Sevilla con la de la infanta Elena. Quizás porque fue la primera o porque fue la capital hispalense; el caso es que ni Barcelona ni Madrid contaron con un despliegue ni con una jornada de vivencia tan festiva en las calles.

El 18 de marzo de 1995 tuvo lugar en Sevilla la que sería primera boda real desde que se instauró la democracia en España. La boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar ponía sello final a una historia de amor que había comenzado en 1993, cuando la infanta se trasladó a París para realizar un curso de Literatura francesa. En la capital del Sena, conoció al que dos años después se convertiría en su marido, que estaba realizando sus prácticas financieras. Se dijo que su común pasión por la hípica fue lo que les había unido. Su noviazgo fue un ejemplo de discreción. No hubo fotos de la pareja hasta el día del anuncio de su compromiso.

Sevilla entera se echó a la calle en aquella jornada primaveral y lució sus mejores galas. No hubo balcón del que no colgara un mantón de Manila, una bandera de España o una guirnalda. En las calles, palmas, colorido y gritos de "guapa, guapa" para la infanta, quien escogió un diseño clásico de manga al codo y tradicional velo, firmado por Petro Valverde, para este día tan especial.

El secretismo también rodeó al noviazgo de la infanta Cristina con el entonces jugador de balonmano Iñaki Urdangarín. Se conocieron en las Olimpiadas de Atlanta en 1996 y se casaron en la catedral de Barcelona el 4 de octubre de 1997. La elección de la ciudad no fue al azar: allí se enamoraron los actuales duques de Palma y es donde han residido hasta trasladarse a Washington hace poco más de un año.

La novia lució un traje de Lorenzo Caprile inspirado en la flor de lis con velo de encaje que partía de la tiara del pelo.

El heredero al Trono se hizo rogar para pasar por la vicaría. Pero finalmente fue Letizia Ortiz, una periodista que presentaba el informativo de TVE, la que lo convenció de abandonar la soltería, como hizo el lluvioso 22 de mayo de 2004 en la Catedral de la Almudena de Madrid.

Al ser él el destinado a reinar, fue la única boda de Estado de las tres, una unión "por amor" (como señaló el propio don Felipe) y en la que la hoy Princesa de Asturias demostró su elegancia con un original vestido de Pertegaz de corte princesa.

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