Pasarela

La duquesa de Alba pasa el chequeo

  • Doña Cayetana ingresó ayer en el Hospital Sagrado Corazón de Sevilla para revisar la válvula que se le implantó en el año 2009 por sus problemas de hidrocefalia.

Las alarmas sobre un empeoramiento de salud de la duquesa de Alba saltaron ayer a primera hora de la mañana cuando ingresó en el Hospital Sagrado Corazón de Sevilla. A este hecho hay que añadir que el pasado fin de semana no acudió a la boda del hijo de Carmen Tello, su íntima amiga. Desde entonces los rumores sobre el mal estado de salud de doña Cayetana se dispararon. Pero ayer su hija Eugenia se encargó rápidamente de tranquilizar a todo el mundo, asegurando que la visita de su madre al hospital solo era para hacerse una revisión rutinaria de la válvula que se le implantó en 2009 por sus problemas de hidrocefalia. "Ha ingresado esta mañana y cuando se acaben las pruebas saldrá. Yo estoy tranquila y ella está bien, sino yo no estaría aquí", dijo Eugenia mientras participaba en el Salón Internacional de Alta Relojería de Madrid. Y así fue. Acabaron las pruebas y a las cinco de la tarde doña Cayetana abandonó el hospital acompañada de su marido Alfonso Díez que estuvo junto a su esposa durante todo el día. El duque de Alba se ha convertido en su gran apoyo. Mientras sus hijos estaban en Madrid ayer él no se despegó de ella ni un momento. La duquesa salió de la clínica en silla de ruedas pese a que no le gusta aparecer así. Con lo presumida que es doña Cayetana siempre intenta aparecer andando y a la última moda. Aunque esto último sí lo cumplió. Con un veraniego vestido de lunares y gafas de sol doña Cayetana se mostró tan simpática como siempre. Tras abandonar el hospital se subió al coche y puso rumbo al Palacio de Dueñas.

Su residencia sevillana es el lugar en el que permanece últimamente y de donde apenas sale. Un resfriado mal curado y un virus estomacal hicieron que la aristócrata permaneciese encerrada en casa durante varios meses. A esto hay que añadir que desde la caída que sufrió el año pasado en Roma la movilidad de doña Cayetana es reducida. Lleva esta situación lo mejor que puede porque si por algo se caracteriza la noble es porque le gusta salir siempre que puede y asistir a todos los eventos a los que le invitan, eventos que ahora tiene que rechazar pese a su voluntad. Pero no por ello hay que alarmarse. Como dijo este martes su hijo Carlos Fitz James Stuart, futuro duque de Alba doña Cayetana "no está tan mal. No hay que exagerar. Es una señora de 88 años que está delicada, su movilidad no es buena, pero nada más".

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