El clan Mohedano siempre ha sido una de las familias más mediáticas del panorama social y, por ello, constantemente se ve situada en el foco mediático. Pero cuando a sus vidas parecía llegar la estabilidad y tranquilidad, el clan volvía agitarse a raíz del estreno de la docuserie de Rocío Carrasco, aquella que se estrenó bajo el título de Rocío, contar la verdad para seguir viva.

Los Mohedano, y Rocío Carrasco, en el funeral de Rocío Jurado.

El fenómeno televisivo vio la luz el pasado marzo y desde entonces ni un solo miembro de la saga ha sido capaz de pasar desapercibido ante los medios de comunicación. Cada uno a su manera, pero todos ellos han reaccionado directa o indirectamente ante un documental que, según ha señalado su propia productora en varias ocasiones, ha llegado a batir récords históricos de audiencia y a conmover a un país, que enseguida quedó dividido.

Rocío Carrasco, en un momento de su documental, estrenado el pasado marzo.

La hija de 'la' Jurado decidió romper su silencio este año en un documental

Antes del estreno del espacio, varios de los Mohedano ya llevaban una vida enfocada en la televisión, un medio que utilizaban para trabajar sin necesidad de recurrir a las polémicas más sonadas del clan. Rocío Flores se dedicaba a probar suerte en el mundo del reality show, mientras que su tía, Rosa Benito, ocupaba un importante lugar en un programa de cabecera como Ya es mediodía.

Rosa Benito, en 'Ya es mediodía'.

Por su parte, Gloria Camila se estrenaba como actriz fichando por una serie de TVE en la que ha estado trabajando hasta hace poco, mientras Amador realizaba sus apariciones esporádicas y Chayo atendía a sus compromisos siguiendo con una carrera musical que nunca ha llegado despegar del todo. Solo quedan Gloria y José Antonio, que lejos de querer llamar la atención, disfrutaban de una vida discreta y alejada de las cámaras.

Rocío Flores, fichaje de 'El programa de Ana Rosa' este año.

Fue estrenarse el documental y automáticamente todos ellos saltaron de nuevo a la palestra, viviendo algunos de ellos, como es el caso de Rocío Flores, una presión mediática que, en numerosas ocasiones, le costaba soportar. Ha llorado, ha sufrido, se ha enfadado e incluso ha sacado su lado más protector con su hermano y su padre, Antonio David Flores, cuya imagen pública ha sido la más dañada por esta producción. También ha fichado por El programa de Ana Rosa. En definitiva, una vorágine de sentimientos y sensaciones experimentadas por todos ellos y provocadas, en su mayor parte, por el hecho más significativo del año, el momento en el que Rocío Carrasco decidió romper su silencio.

Los Mohedano y Ortega Cano, en uno de los homenajes a Rocío Jurado a los que no ha asistido Rocío Carrasco.

Todos los Mohedano permanecen unidos, algunas veces más otras menos, por el recuerdo de la matriarca, Rocío Jurado. Es más, son varias las veces que se han reunido con el propósito de honrar la memoria de la chipionera, a excepción de Rocío Carrasco. Pese a haber escuchado las desgarradoras confesiones de la heredera universal, la brecha entre Rociíto y los Mohedano continúa ahí, más insalvable que nunca.

No solo se han visto involucrados en una historia que ha conseguido remover muchas conciencias sino que, además, han visto cómo la 'desaparecida' de la familia se convertía en la protagonista indiscutible en un regreso triunfal a la televisión. Los medios han dado lugar a la historia de la hija de La Más Grande, y la segunda parte del documental –cuyo estreno se prevé a comienzos de 2022– augura más problemas a los Mohedano, así como a José Ortega Cano.