Es una fábrica de generar noticias pues, a su llamamiento en Internet en búsqueda de novio, acaba de unir la presentación de Mr. Policeman -discotequera interpretación del suceso en el que se vio inmersa este verano (y por el que la Guardia Civil descubrió que conducía sin puntos en el carnet)-, además de la participación en un programa de televisión, Expedición imposible, que Cuatro emitirá próximamente. Y es que Leticia Sabater -más allá de las críticas-, tiene a sus 46 años una voluntad a prueba de 'bombas', amén de un gran sentido del humor como gran aliado en todos los instantes de su vida.

-El tema con el que regresa es un poco subido de tono, ¿no?

-(Risas). Es que yo soy muy sexual y muy caliente. La historia que cuento es el resultado de una noche de juerga y de un control de alcoholemia. Con tres copas de más todos te llaman "princesa".

-Creo que de usted existe una sensación que no corresponde del todo la realidad... ¿Me equivoco?

-De mí hay una imagen que no es verdad. No tengo nada ni de "pija", ni de tonta. Quizás es un efecto que provoca el mundo infantil y desde luego que puede pasarle a cualquiera. Desde el primer día en el que aparecí en la "tele" generé polémica con lo que estoy más que acostumbrada. Gracias a Dios he podido demostrar cuál es mi personalidad. Yo no sé cuál es el secreto del éxito pero sí el del fracaso: intentar gustarle a todo el mundo.

-Pero un poquito Peter Pan sí es, ¿verdad?

-Verás, como buena Géminis tengo como dos personalidades: una madura y otra más loca e impredecible. Casarme siete veces como Liz Taylor tal vez no lo haré pero sí "chaladuras" de ese tipo. No voy a madurar nunca aunque, con la edad, me he vuelto más reivindicativa.

-¿Es de izquierdas o de derechas?

-De derechas pero lo que me gusta es que el presidente no se lo lleve "calentito" y haga lo mejor para su país. Muchos políticos no tienen ni idea de lo que es España. Hay que salir más y comprobar de primera mano cuáles son los problemas reales que tiene la sociedad.

 -Uno de los suyos es encontrar novio y, nada más colgar su vídeo en Youtube, aparecieron... ¿Cuántos candidatos?

-Setenta mil (risas). Y son adorables. Muchos, cuando se han enterado que todo esto podría convertirse en un show de televisión, me han dicho que lo que ellos querían era conocerme en privado. Un novio es algo bastante complicado y, por mi parte, nunca he sabido cómo abordar estos temas. Poco a poco, estoy citándome con algunos y viendo qué pasa. Lo tengo todo menos el amor, el sentimiento más maravilloso del mundo.

-¿A qué se debe esa mala suerte con los hombres?

-Creo que ha sido porque he dado prioridad a mi trabajo. He visto tantas chicas que se han desvivido por sus parejas y después les han dejado en la calle que siempre he pensado: "Esto no me puede pasar a mí".

-¿Es difícil como compañera sentimental?

-No. Soy generosa, comprensiva... Me gusta estar en los detalles. No soy de tener el mando y sí de compartir el día a día y lo normal entre dos personas.

-¿La maternidad entra en sus planes?

-Claro. Pero no me apetecería tener un hijo sin padre. Para eso soy bastante tradicional.

-¿Cómo se ve entonces de aquí a un tiempo?

-Igual que estoy más o menos. Lo mismo produciendo algún proyecto. No tengo fecha de caducidad. Un artista va afrontando diferentes retos y evolucionando y la experiencia te hace cambiar y mejorar.

-¿Se lleva bien con la popularidad o llega a pesar estar tan expuesta?

-Nada de eso. Es una suerte que a la prensa le importes. Para bien o para mal. Es verdad que hay muchas cosas que no te gustaría que el público las supiera pero soy consciente de que los medios hacen una labor. Eres personaje y terminas acostumbrándote a esa situación y, si  no te convence, ajo y agua. Yo ya no tengo vergüenza. Nunca me ha importado el "qué dirán" con lo que no me va a importar ahora...