Pasarela

El viaje solidario de Cuca Escribano

Buena profesional y buena persona. Cuca Escribano ha hallado el equilibrio perfecto entre su faceta laboral y esa otra por la que es menos conocida pero que, recientemente, le ha llevado a embarcarse rumbo a Paraguay. Allí, durante dos semanas, la intérprete de Sin tetas no hay paraíso se ha convertido en una más del equipo de la ONG Voces, apoyada por figuras del mundo del espectáculo y la cultura como Antonio Orozco, Antonio Carmona o La Mari de Chambao. "Trabajamos desde hace dos años en colaboración con proyectos de otras asociaciones en países como La India, Colombia o el mismo Paraguay", explica Escribano. "Allí intentamos que los menores de seis años reciban formación antes de la escolarización. Son niños de familias muy pobres que, al carecer de una base previa, cuando llegan al colegio, tienen un alto índice de fracaso. Por nuestra parte, nos encargamos de subvencionar el profesorado y la comida durante ese primer período de su infancia".

Cuca, que acaba de terminar una gira teatral con compañeras como María Pujalte y Beatriz Rico en la que reconoce haber disfrutado mucho de su regreso a la escena, se encuentra buscando un texto que la convenza para repetir experiencia y, como ocupación más inmediata, preparando una TV-movie y el regreso a la tercera temporada de Sin tetas…. Un momento dulce que, por el contrario, no le impide seguir teniendo los pies muy sobre la tierra. "En Paraguay sabía a lo que iba y no me he asustado de nada. El hotel nos costaba como tres dólares con lo que, imagínate…", reconoce esta madrileña de nacimiento y sevillana de corazón. "Entre las frases del viaje que mejor resumen mi actitud está una que solía decir con frecuencia: "Yo he vivido en el campo". Esta gente parece y son muy pobres pero también son más felices que nosotros. Cuando estás con ellos te das cuenta de que, aunque realices un gran esfuerzo, siempre será poco. A ninguno de esos chavales le ves la cara de los españoles, por mucha Play que tengan aquí. Nosotros poseemos pobreza de espíritu".

Y es que, ni la fama ni una posición acomodada han impedido que esta mujer, aventurera y valiente, se haya adentrado en este viaje solidario que, aunque se haya producido por vez primera, tendrá continuidad. "Salir y darte cuenta que no te conoce nadie es un placer. Aquello es tan grande que, lo que menos te viene a la cabeza, es que nadie te mire por la calle. De hecho, estamos pensando, el año que viene, en hacer algo en África que se llamará "Música para la malaria" y, aparte, a mí me gustaría que se organizara alguna iniciativa para concienciar a la gente desde aquí. Hablamos de cosas aparentemente pequeñas que todos podríamos hacer pero que, al final, quedan en nada", comenta una entrevistada a la que, a pesar de ayudar a colectivos infantiles, aún no le ha llegado el turno de ser mamá. "Creo que, hasta aquéllas que afirman que carecen de espíritu maternal, lo llevan consigo. No me lo he planteado en serio pero sí me gustaría pasar por esa experiencia".

Por lo pronto, Cuca Escribano entrega parte de esa generosidad a colectivos desfavorecidos que, con una sonrisa, logran que, cualquier sacrificio, merezca la pena. Amor, con amor se paga.

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