Cosas que pasan

"Una vida ideal no es llevar un vestido bonito"

  • La modelo Nieves Álvarez amadrina en Málaga la inauguración de la joyería Pandora.

Es una enamorada de Andalucía. Por eso, la inauguración que la firma Pandora ha hecho en Málaga esta semana -el segundo establecimiento en Andalucía, después de Sevilla, de esta empresa- ha sido un disfrute para Nieves Álvarez, una de nuestras tops con mayúsculas que ha sabido conciliar a la perfección su profesión con la familia, la que es su "joya" más preciada.

-¿Cómo ha pasado el verano?

-Muy bien.He estado en Ibiza, tranquila, con mi marido y mis niños.

-¿Ejerce de ama de casa?

-Mientras no tenga que cocinar, sí (risas). Lavo platos y organizo las cosas pero sin pasar por los fogones (risas). Es algo que no me gusta y para lo que no tengo paciencia ni talento. ¡Menos mal que a Marco le encanta! (risas).

-Ya que lo menciona, ¿es Marco Severini el fotógrafo que mejores fotos le ha hecho?

-Sin duda. Saca a la Nieves auténtica. Lo mismo con otros salgo más espectacular pero cuando coincido con él veo a la mujer que soy.

-Desde fuera parece que su vida es ideal… ¿Corresponde esa imagen con la realidad?

-Digamos que tengo una existencia civilizada con un trabajo que me apasiona. Me siento una privilegiada pero luego tengo inquietudes como cualquiera. Una vida ideal no es llevar unos tacones o un vestido bonito sino tener salud y trabajo.

-¿Cómo imagina su futuro?

-Es que todo cambia de repente con lo que no hago planes a tan largo plazo. Si alguien me hubiera comentado hace un tiempo que haría un programa de televisión como el que presento ahora, no me lo hubiera creído. Soy más de presente.

-¿Contenta con esa experiencia mediática?

-Mucho. Me encuentro cómoda delante de las cámaras y estamos reivindicando que la moda no es frívola. Poquito a poco voy aprendiendo con mucha humildad aunque, después de esto, ya no me atrevo a decir a nada que no.

-Bueno, en la maternidad sí se ha cortado la coleta, ¿no?

-Sí, sí. Ahí sí (risas). Claro que, cada vez que encuentro a una madre con un bebé, me quiero morir. Soy muy niñera y no tendría tres, sino cinco. Lo que pasa es que, desde la responsabilidad, debo plantarme aquí.

-¿Su talante es tan conciliador y pacífico como parece?

-Tengo mi carácter y hay situaciones ante las que sí me enfado.

-No me la imagino enfadada…

-(Risas) Es que aguanto demasiado. Ése es mi problema que, cuando ya he superado el límite de la paciencia, salto como una avalancha de nieve y nadie se lo espera (risas).

-¿Y qué le irrita?

-La envidia. No la soporto. Eso de que, como eres buena, pasas por boba, no lo asimilo bien porque, entre otras razones, de tonta no tengo ni un pelo. Se suele jugar con quien es más prudente pensando que no te vas a enterar de lo que hay.

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