UGR

Abraham Rueda, de las aulas de la Universidad de Granada a estar entre los mejores matemáticos jóvenes de España

  • Pudo venir de Jaén a estudiar en la Facultad de Ciencias gracias al sistema de becas

  • Desde su etapa en como estudiante destacó por su capacidad de abstracción y de pensar "a lo grande"

Abraham Rueda.

Abraham Rueda. / R. G.

Licenciado por la Universidad de Granada, Abraham Rueda Zoca (Jaén, 1991) es uno de los más prometedores investigadores en el campo de las Matemáticas, cocinillas en su tiempo libre y ejemplo de como el sistema de becas públicas es clave para que talentos como el suyo puedan desarrollar una carrera científica.

Más allá de las recetas que aparecen en su blog, Abraham –actualmente investigador postdoctoral Juan de la Cierva-Formación en la Universidad de Murcia– ostenta un notable currículo y es considerado uno de los talentos matemáticos jóvenes más prometedores, por lo que ha sido premiado con el Vicent Caselles 2021, otorgado por la Fundación BBVA y la Real Sociedad Matemática Española (RSME).

Recuerda que en su época de estudiante, en la Facultad de Ciencias, él se venía arriba cuando se planteaban problemas en los que otros compañeros se encontraban en apuros. La primera persona que le vio madera para esto fue un docente del instituto, del IES Fuentezuelas de Jaén. “Mi profesor de Estadística me dijo que tenía talento”.

Entonces, entre 2008 y 2009, la titulación no estaba precisamente “de moda”. “La tendencia era a estudiar ingeniería”. Hacer Matemáticas era ir a algo difícil”. Su pareja, María, fue la que le ayudó a decidirse. Abraham hizo mención a ello en el discurso que dio a finales de octubre en el acto de entrega de los Premios de Investigación Matemática Vicent Caselles, destinados a jóvenes investigadores. “Fue la primera persona en animarme a estudiar Matemáticas y me ha hecho descubrir este apasionante mundo” afirmó en la entrega de premios.

Ésta se celebró el pasado 26 de octubre en una ceremonia celebrada en la sede madrileña de la Fundación BBVA que congregó a una nutrida representación de la comunidad matemática española y contó con la asistencia de la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez; el presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Jesús Sanz Serna; los rectores de la Universidad Carlos III (UC3M), Juan Romo, y de la Universidad Nebrija, José Muñiz; y los presidentes de la Sociedad Española de Estadística e Investigación Operativa (SEIO), Jesús López Fidalgo, y de la Sociedad Científica Informática de España (SCIE), Inmaculada García Fernández. También fue premiado en el mismo acto con la medallas de la RSME –que reconocen las brillantes trayectorias de matemáticos veteranos– el catedrático de la Universidad de Granada Antonio Ros.

Abraham Rueda, en sus años de instituto, ni se planteaba estudiar Matemáticas. Esa licenciatura no se ofertaba en Jaén. Había que salir fuera. Finalmente se decantó por Granada “por cercanía”. “No tenía muchas referencias de dónde estudiar”, recuerda sobre aquella decisión. “Al final por azar llegué a un sitio maravilloso”.

El papel del sistema de becas en esta historia es crucial. Gracias a las ayudas al estudio “me pude plantear estudiar fuera de casa”, un esfuerzo económico importante para los suyos. Y si en el instituto fue capaz de llamar la atención de su profesor de Estadística, en la Facultad de Ciencias Abraham también destacó. Lo recuerda el catedrático del departamento de Análisis Matemático de la Universidad de Granada y secretario del Instituto de Matemáticas, Ginés López. Con él y con Julio Becerra publicó sus primeros artículos. “Es un trabajador incansable”, asegura sobre el que fuera su alumno y al que dirigió su tesis doctoral. “En seguida noté sus ganas y una curiosidad muy grandes”, recuerda. Sobre los años que pasó Rueda la Facultad, López explica que habitualmente, los estudiantes tienen que hacer frente a un cambio “muy fuerte” con respecto a la forma de trabajar del instituto. Tienen hábito de estudio, pero no traen la forma de pensar que requiere la ciencia matemática, “más abierta, más abstracta”. En el caso de Rueda, el paso hacia ese modelo de trabajo “a lo grande” se dio de forma rápida. “Su interés no era el de aprobar, sino el de enterarse”.

Él mismo asegura que “mi motivación procede de las propias Matemáticas”. “Cuando uno entra en la carrera, no se imagina lo que va a encontrar. No es por dificultad, sino que se ve algo totalmente diferente” a lo que se había trabajado antes. “Las Matemáticas del Bachillerato se desarrollan en el siglo XVIII”.

Ese afán le ha llevado a avanzar en una carrera investigadora que puede resultar un camino de piedras. “Cuando terminó la carrera, el primer año no tuvo nada”, rememora el catedrático. Después consiguió una beca de Formación de Profesorado Universitario (FPU) y ahora trabaja con una Juan de la Cierva en la Universidad de Murcia. “Hay que luchar contra la creencia de que en el extranjero se encuentran lo mejor”. “Antonio Avilés –reseña– es un investigador de primer orden”. Después de esta etapa de formación, Rueda asegura que su intención es “estabilizarse”

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios