Encuentros en el palacio de los patos l Emilio Calatayud y Juan Mata www.hospes.es // www.fuenso.com

Alternativas contra la mala educación

  • Los alumnos andaluces están a la cola de España en comprensión lectora, pero ¿es un problema del sistema educativo, de los estudiantes o de la sociedad en su conjuntoEmilio Calatayud, juez de Menores, y Juan Mata, pedagogo, reflexionan en voz alta sobre los contenidos y conclusiones del Informe PISA, la enseñanza, los padres y la juventud actual

Juan Mata. No podemos permanentemente quejarnos de la mala educación de los jóvenes cuando el modelo público es detestable. Ahí están los debates parlamentarios o los programas de televisión. Los jóvenes están reproduciendo lo que ven. Y con la lectura pasa igual. Los índices de prensa, por ejemplo, son impresionantes. El informe PISA alude a la relación directísima entre bajos índices de lectura y nivel cultural de la familia. Sacar de contexto los resultados del PISA es un error muy grave. Son variantes a tener en cuenta si queremos afrontar la cuestión de fondo: un fracaso escolar es un fracaso social. De la sociedad en su conjunto. Se ha aprovechado como un ajuste de cuentas con el Gobierno, con los profesores o con los compañeros, pero los análisis buscan respuesta a algo distinto: qué pasa con los alumnos de 15 años que tienen dificultades en ciertas materias.

Emilio Calatayud. Yo lo que creo es que hemos igualado por lo bajo. Se ha dado más cultura a la gente, pero el que antes tenía buena educación la ha perdido. Y, claro, el nivel medio del país ha bajado. El bachiller que tuvieron mis padres tenía una formación cultural mucho mayor que la mía. Y yo la tuve por encima de mis hijos. Y es triste que dos partidos políticos, aparte del complejo de joven democracia que tienen, no hayan sido capaces de lograr un pacto para la educación. Aquí se utiliza al menor como arma política y priman otros intereses más pragmáticos. No es de recibo, y yo lo sé por los periódicos, que Andalucía esté por los suelos.

J. M. España es uno de los mejores países en cuanto a equidad. Hemos logrado un sistema educativo de gran paridad. Si hemos optado por un sistema en el que damos cabida a todos, esa decisión tiene muchas ventajas y algunos inconvenientes. Si alguien piensa que habría que ser exclusivo o selectivo que lo diga en voz alta. Si optamos por un sistema inclusivo, la totalidad de alumnos tienen que estar escolarizados. El Informe PISA valora la media. Y los buenos alumnos en España son bastantes. Donde hay ese desequilibrio es en la base. Si aceptamos eso, hay que hacer algo para que esos alumnos no vayan al juez de menores.

E.C. El 82% de chavales con perfil de delincuentes sufre fracaso escolar. Hay que evitar el fracaso. Y habrá que buscar alternativa a la escolarización obligatoria.

J.M. Para quitarle trabajo al juez de menores serán necesarios mejores maestros y mejores metodologías. Lo que no puede ser es que el juez, en las sentencias, condene al chaval a aprender a escribir. Eso es un fracaso de todos, un fracaso social. Hemos dado por hecho que algunos críos terminarán en un tribunal porque no hemos sabido hacer lo necesario para que no lleguen al tribunal. ¿Cómo hacemos para que, simultáneamente, los muy buenos alumnos no se sientan fracasados y tengan estímulos suficientes? Algo habrá que hacer para que estén juntos en el patio del colegio. El sistema no es un fracaso. El informe es un retrato de un momento social y político que indica que está bien, peroý

E.C. Subir el graduado social en la educación secundaria de adultos nos complica la vida. Antes acababa con 16 años. Mejor, dadle a los chicos una base relativamente baja en el graduado y luego reforzad la secundaria. Yo tengo muchos chavales que a los 17 o 18 años recuperan el interés académico. Pero esa época de los 14 o 16 años es muy conflictiva. Esa formación básica debería estar apoyada por profesionales, oficios como zapateros, fontaneros... para que luego, si quieren, puedan continuar. Yo tengo chavales que han pasado una época mala y luego se han convertido en profesionales estupendos. Se ha igualado la educación por lo bajo, por un complejo de no estigmatizar, pero está claro que no todo el mundo puede con 16 años estar 7 horas en un pupitre.

J. M. Uno de los grandes defectos del sistema educativo es que no tiene flexibilidad. Aquí se reclama permanentemente que en un instituto, durante algunas horas, ciertos alumnos puedan hacer otras cosas. Busquemos materias comunes donde puedan estar juntos. Música, por ejemplo, pero en materias instrumentales como lengua o matemáticas necesitarían otros. Por ejemplo: el instituto Fernando de los Ríos, de Fuente Vaqueros. Vas a un concierto del auditorio y ves que uno de los coros más representativos es el Fernando de los Ríos. ¿Quiénes son los alumnos? Si un colegio es capaz de darle una oportunidad a la gente para que tenga un trabajo es una política social inconmensurable.

E.C. Yo tuve una gitanilla a la que condené a aprender a bailar. La madre estaba empeñada en que fuera peluquera y a la niña le gustaba bailar. Ahora trabaja en una cueva del Sacromonte sin ningún problema. Hay gente que no puede estar seis horas sentada en un pupitre con sus compañeros. Hay que buscar alternativas. Nos da miedo separar.

J.M. El hecho de que el hijo del médico pueda convivir con un niño que tenga a su padre en la cárcel es muy importante. Es la conquista que los centros escolares de España han hecho muy, muy bien. La incorporación de los hijos de los inmigrantes está siendo ejemplar. No ha habido problemas. Estamos hablando de chicos que diez días antes estaban en una patera. Necesitamos a gente que se dedique exclusivamente a enseñarles a leer. Y eso se está haciendo muy bien. Claro, luego llega el PISA y la media baja. Pero es un desafío cultural, social y ético.

E.C. Pero es que el 95% de los chavales que llegan al juzgado por cometer un delito tiene más posibilidades de salir adelante. Fíjate la paradoja. Si cometes un delito -y si es más grave, mejor- tienes más posibilidad de que te reinsertemos. Y eso es muy triste.

J. M. Ese justamente es el desafío del sistema educativo. ¡Vamos a evitar que cometa un delito, a impedir todo ese trámite de los centros de reforma y los juzgados! Porque esos alumnos también computan.

E.C. Ahora, en el juzgado, el Zaidín plantea más problemas que el Polígono. Y está el problema de la clase media, media alta. Es un fracaso de padres, del sistema educativo, de falta de autoridad...

J. M. Eso es importante. A veces el estereotipo que usamos de alumnos conflictivos no responde a la realidad. En ocasiones, en los institutos el conflicto proviene de alumnos de familias integradas. Daré un ejemplo. Un alumno que es 'un pequeño canalla'. El profesor llama a los padres y la madre dice: "Sé que mi hijo es malo, a mí me ha levantado la mano, ¡pero no consiento que se le grite en el instituto!". Y el niño, delante. Hay momentos que cuando hablamos de educación hablamos de otra cosa que no es la comprensión lectora ni responde al estereotipo del niño conflictivo. Hablamos de la frontera entre lo que debe y no debe ser permitido. De la ética, la moral, el respeto. Y eso hay que aprenderlo.

E.C. Y lo agradecen. Uno de los recursos que más estamos adoptando es enviar a los chavales al Ejército y está dando unos resultados bárbaros. El Ejército les da una disciplina.

J.M. Un crío agradece tener a su lado a personas que eviten que haga lo que quizá no quiere, que los mantenga bien firmes, porque ese le da seguridad. Esa mezcla de afecto permanente y límites es lo que hace que un crío crezca en condiciones. Si falla, la tutoría también se viene abajo.

E.C. El límite es necesario y hay que dar una de cal y otra de arena.

J.M. Y límite no requiere necesariamente represión feroz. No todos los deseos pueden ser satisfechos. Debe saberlo el crío. Y debe asumirlo. Esa es la base de la educación, al margen de Lengua o Matemáticas.

E.C. Eso sería la educación para la ciudadanía.

J.M. Exacto, eso sería. Son cuatro ideas básicas. Una de ellas, el respeto a la vida y aquí está el terrorismo o la pena de muerteý

E.C. Es lo que nos han enseñado siempre. Pero hemos entrado en una época de complejos absurdos.

J.M. Pero alguien tiene que hablarle de esos principios básicos, de respeto, de actitudes, de que no hay un ser superior a otro. Ahí es donde la razón ética debe estar por encima de todo.

E.C. La televisión ha hecho mucho daño. La banalización de mensajes y la poca importancia a conceptos básicos está calando en los chavales. No ha reflejado una realidad social de los menores, ha creado una juventud que no existía. Los menores, como no son tontos y todo es relativo, escogen lo que más les interesa. Y luego, la hipocresía. Por ejemplo, en la sexualidad. ¿Hay algún español que diga que una niña de 13 años es apta para mantener relaciones sexuales? ¡Pues está consentida! Además, le damos preservativos y la píldora del día después a una niña de 13 años. Pero si en realidad deberíamos aumentar la edad del voto porque cada vez los niños son más inmadurosý

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