Formación

Estudiantes de instituto de Granada viven en primera persona la experiencia de ser ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

  • Compiten en la Escuela de la UGR por entrar en la final de la IV Olimpiada nacional, que se disputará en Ciudad Real

Prueba en el puente Da Vinci, una de las propuestas que deben superar los alumnos.

Prueba en el puente Da Vinci, una de las propuestas que deben superar los alumnos. / Mario Puertollano / PS

Comienzan tímidos, pero poco a poco se animan a jalear a sus compañeros. El salón de actos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Granada (UGR) tiene un público muy singular. Son estudiantes de primero y segundo de la ESO de Regina Mundi, Escolapios, Cristo de la Yedra y Blas Infante. Están los miembros de los diez equipos que compiten en la IV Olimpiada Nacional de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, sus compañeros de aula y profesores. El reto, superar en el menor tiempo posible las seis pruebas y obtener así el pase a la gran final nacional, prevista el 20 de mayo en Ciudad Real.

En la zona exterior de la Escuela se han preparado los materiales y las zonas de trabajo. Deben realizar una presa. Ángel Ramos, docente de la Escuela explica que los alumnos deben usar los distintos materiales propuestos para realizar el muro. El tanque se llenará de agua y el que consiga retener más tiempo el agua en este miniembalse de materiales sueltos será el ganador. Ramos añade que los participantes ya conocen cómo funciona una presa. Lo han visto en clase. Ahora toca llevar esa teoría a la práctica.

La directora de la Escuela, Mónica López Alonso, señala que el certamen se recupera tras dos años de parón por la pandemia. Los mismos retos se plantean en otras nueve universidades participantes en el evento, que pretende ser "cantera" de futuros ingenieros. También, indica la directora, se trabajan competencias "trasversales", como el trabajo en equipo.

La Escuela remite a los centros educativos las bases para participar. Una vez convocado el certamen, los institutos se preparan y conforman sus equipos participantes, que se preparan a conciencia en clase. "Son pruebas adaptadas a su edad y las resuelven muy bien", añade López Alonso. Una de ellas es componer un puzle. El objetivo es que se familiaricen con infraestructuras. También se enfrentan a levantar un arco de dovelas, el puente Da Vinci o en trazar una ruta logística eficiente. Para cada una de las seis pruebas tienen un máximo de 20 minutos. A uno de los equipos presentados por Escolapios lo del arco de de dovelas les ha durado apenas cinco. "Hemos visto tutoriales en clase y lo hemos hecho en clase", indica uno de los competidores, Marcos Álvarez, de segundo de ESO. Han estado dos semanas practicando con el profe, hasta que han afinado la maquinaria de un equipo que apunta a que rendirá al máximo a lo largo de la jornada. Sobre lo de crear vocación de ingeniero es otro asunto. Marcos apunta que no le disgusta, "pero me parece muy difícil".

La Olimpiada incluye en su diseño los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), "que constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo", indica la UGR en un comunicado. Así, las seis pruebas que constituyen esta olimpiada están relacionadas con ocho de los 17 ODS definidos en la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible por la ONU aprobada en el año 2015.

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