Dos hombres de nacionalidad uruguaya, Daniel W.G. y Luis S.L., de 44 y 32 años respectivamente, han sido condenados a tres años y 8 meses de prisión por perpetrar un robo, a plena luz del día, en un domicilio de la calle Manuel de Falla de la capital, estando sus moradores dentro.

El robo se produjo el 6 de noviembre de 2008, sobre las 13.00 horas. Los dos individuos, que gracias a la investigación llevada a cabo por el Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía pudieron ser identificados y detenidos, lograron entrar abordando a la empleada de hogar de la casa en la puerta de entrada.

Los acusados, que actuaron "en concierto y con el mismo propósito de lucro ilícito", se acercaron a la mujer "blandiendo armas cortas", de aspecto y apariencia "contundente", con las que le conminaron a entrar nuevamente en la vivienda.

Una vez lograron acceder al interior, se encontraron con tres miembros de la familia dentro, que, sorprendidos "por la rapidez de la acción y el lugar en el que fueron interceptados, no pudieron hacer frente en modo alguno a los atracadores".

Así se relata en la sentencia dictada por el juzgado de lo Penal 2 de la capital, que enjuició este asunto el pasado mes de noviembre, si bien no fue necesaria la práctica de la prueba, ya que las partes llegaron a un acuerdo, dictándose el fallo de conformidad.

Los dos ladrones 'limpiaron' la casa. Procedieron "al registro minucioso de las dependencias en busca de objetos de valor" y obligaron al matrimonio propietario de la vivienda a abrir la caja fuerte, donde tenían guardados diversas joyas y objetos de valor.

Transcurrida una hora -que para la familia se haría eterna-, "los acusados abandonaron la vivienda, dejando maniatados a los tres ocupantes, no sin antes intimidarles con causarle otro daño si procedían a avisar a la Policía".

El botín fue importante: aparte de 3.000 euros en efectivo, los atracadores se llevaron un reloj de pulsera de caballero marca Hamilton y otro marca Rolex, dos anillos de oro blanco con cuatro brillantes cada uno, varias joyas familiares, dos tarjetas de crédito, dos ordenadores portátiles, una videoconsola, una cámara fotográfica, un móvil y un mando de consola. Ninguno de los objetos ha sido recuperado.

La condena es por un delito de robo y los acusados habrán de indemnizar a sus víctimas con la cantidad que sustrajeron, así como con el dinero en que sean tasados los artículos robados.