El brutal crimen machista de Mónica Carrión, la malograda joven de Otura que falleció apaleada por el que fuera su novio el 19 de julio de 2011, ya tiene sentencia. La Audiencia Provincial de Granada ha condenado a 23 años de prisión al acusado, Javier B.R., a quien ha considerado autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco, según informó ayer a este diario el abogado de la familia de la víctima, Solimán Ahmed.

El fallo, que puede ser recurrido ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), fija así una pena similar a la solicitada inicialmente por los padres de Mónica, si bien descarta la agravante de lugar despoblado.

Durante el juicio, que contó con un jurado popular, el acusado, que tiene conocimientos en artes marciales, reconoció que discutió con la víctima la noche del crimen, aunque no se confesó autor de todos los golpes que Mónica presentaba -su cuerpo tenía más de 200 lesiones-, llegando a afirmar que ésta se autolesionó. El tribunal emitió veredicto de culpabilidad.

El juicio se desarrolló en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada los días 17, 18 y 19 de junio y, en sus conclusiones definitivas, la Fiscalía mantuvo los cargos, reclamando 25 años de prisión. También han estado personados en la causa como acusaciones populares la Abogacía del Estado, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Otura.

La familia y el resto de partes acusadoras siempre han sostenido que el crimen fue un asesinato en toda regla: con alevosía y ensañamiento, tal y como ha apreciado ahora el tribunal. En cuanto a la responsabilidad civil, la Audiencia fija una indemnización de 198.000 euros para los padres de la joven, así como un total de 54.000 euros para su hermano pequeño y los dos menores que los progenitores de la víctima tienen en acogimiento familiar permanente.

Javier B.R., que no podrá acercarse a la familia en tres décadas, tenía 20 años cuando cometió el crimen, casi los mismos que pasará entre rejas por su vil acción. Había mantenido una relación sentimental con Mónica durante un año e incluso habían llegado a convivir juntos, pero comenzaron a distanciarse. El día de autos, según el relato de la Fiscalía, Javier, que trabajaba como camarero en el bar del padre de Mónica, fue a recogerla a su casa para llevarla a la autoescuela, si bien ambos se marcharon hacia los alrededores del campo de golf, donde pasaron la tarde. Fue en el camino de regreso cuando, sobre las nueve de la noche, Javier se dirigió con el coche a una rambla de Alhendín, donde ambos empezaron a discutir y donde Mónica fue brutalmente agredida mientras decía a su pareja que lo quería.

Javier llevó después a Mónica al hospital, donde falleció, siendo detenido al día siguiente del crimen. El cuerpo de la joven, que sólo tenía 18 años, presentaba más de 200 lesiones, la mayoría en la cara y la cabeza.