Dcoop concentra ya el 30% de la producción de aceite de Granada

Hay que crecer, asimilarse al tamaño de las empresas de distribución para no quedarse atrás. Ese es el camino de las cooperativas agrarias. Ya lo dijo el presidente de Faeca, Jerónimo Molina, en el IV Congreso de Cooperativas Agroalimentarias que se celebró en Granada hace un par de meses. Y así lo han puesto en práctica Hojiblaca y Tierras Altas, que se fusionaron el pasado mes de octubre dando lugar a Dcoop, la primera oleícola líder internacional. La compañía, a la que acaba de unirse también

la cooperativa Nuestra Señora del Pilar de Colomera, concentra ya un 30% de la producción de aceite de Granada, y la intención es seguir creciendo.

El presidente de Tierras Altas y vicepresidente de Dcoop, Gregorio Núñez, explicó justo antes de que comenzara la primera reunión en Granada de la Junta Aceitera de la cooperativa, que el espíritu que guía el trabajo diario de la empresa es "la unión, la necesidad de concentrar la oferta". Y anunció que no piensa "escatimar esfuerzos" en conseguir sus objetivos. "Dcoop es el primer grupo comercializador de aceite del mundo. Y estar en ese grupo, para el resto de las cooperativas, es muy importante".

El director general de Dcoop, Antonio Luque, aseguró que en el caso de las cooperativas agrarias, "las fusiones son generadoras de empleo", que abaratan los costes de los agricultores y les permiten estar a la altura de la distribución. Porque el principal problema del sector primario es precisamente el desequilibrio que se produce entre la comercialización -donde hay cientos de pequeños productores- y la distribución -donde hay pocos pero enormes grupos-. Luque puso un ejemplo: mientras todo el grupo Dcoop registra una facturación de 600 millones de euros, uno de sus principales clientes, Mercadona, factura casi 20.000 millones.

"El proceso de concentración es fundamental para los pequeños y los grandes agricultores. Hay que hacer algo para ser capaces de internacionalizar nuestros productos, invertir en I+D y tener capacidad de negociación con la distribución, que está cada vez más centralizado", indicó Luque, que auguró un futuro complicado al sector si no es capaz de crecer y hacerse del tamaño de sus clientes, las grandes distribuidoras.

El director general de Dcoop insistió en que son muchas las ventajas que la integración tiene para los cooperativistas. En primer lugar, la garantía de poder comercializar sus productos a precio de mercado, y, sobre todo, de cobrarlo. En segundo lugar, pertenecer a una empresa que va a trabajar "para que se venda más aceite de olvia en el mundo", un factor imprescindible para que las cooperativas oleícolas puedan seguir creciendo. Y en tercer lugar, porque formar parte de Dcoop ser miembro parte de una compañía que invierte en I+D, apuesta por las nuevas tecnologías y facilita el abaratamiento de costes para los productores.

En Granada, la previsión es seguir sumando nuevas cooperativas para conseguir un sector más fuerte. Gregorio Núñez recordó que los cooperativistas que sigan por su cuenta no tienen "ningún tipo de defensa ni medios de acceso a los mercados", por lo que animó a los productores a sumarse a una iniciativa de la que pueden sacar muchas ventajas.

Por el momento, Dcoop tiene el 30% de la producción granadina, pero espera seguir ganando terreno en breve. Eso sí, Antonio Luque garantiza que las marcas que se integren seguirá manteniéndose, como es el caso de Tierras Altas. "Es una marca muy granadina que seguirá siendo muy granadina", indicó. Luque recordó que la compañía seguirá dando pasos para ganar más socios que se sumen a las 19 almazaras y 10.000 agricultores que forman parte del proyecto.

En Córdoba, por ejemplo, el 40% de la producción oleícola ya está integrada en Dcoop, mientras que en Málaga ya supera el 80%.