Granada

Diseñan un sistema informático para la coordinación en caso de desastre natural

  • Facilitará compartir información sin disponer de conexión de Internet

  • Los investigadores pertenecen al grupo MYDASS de la UGR

Investigadores del grupo MYDASS (Modelling & Development of Advanced Software Systems), pertenecientes al departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos y Escuela Superior de Ingenierías Informática y Telecomunicación de la Universidad de Granada (UGR), han diseñado una arquitectura software autoadaptativa que garantiza una mayor y mejor disponibilidad de servicios, y por tanto posibilita la colaboración entre miembros de un equipo de trabajo, incluso en áreas donde no existe cobertura o acceso a Internet.

La arquitectura diseñada puede resultar muy útil en situaciones de emergencia, en las que garantizar la colaboración es de especial relevancia para los equipos de rescate tras un desastre natural o ataque terrorista.

La arquitectura está ideada para ofrecer servicios de forma dinámica y lo más descentralizada posible, operando incluso sobre redes móviles ad hoc (o MANETs, en el argot técnico), lo cual quiere decir que no depende de una infraestructura de comunicación externa, como, por ejemplo, puntos de acceso centralizados o conexión a Internet, sino que los propios dispositivos móviles son los únicos actores implicados. Estos actúan como emisores, destinatarios y enlaces de la comunicación. De esta forma, los móviles reciben y envían datos dentro de una red colaborativa que puede ser conformada y trasladada hacia donde los usuarios requieran en todo momento.

"La flexibilidad y dinamismo de las redes MANETs presentan nuevos desafíos en el diseño de sistemas software distribuidos. Por ejemplo, debido a la movilidad de los usuarios, las conexiones entre sus dispositivos cambian de forma frecuente, dando lugar a topologías de red dinámicas y poco estables", explica el investigador principal de este trabajo, Gabriel Guerrero Contreras. "La arquitectura que diseñamos mejora la aplicabilidad de las redes ad hoc abordando y gestionando de manera efectiva dichos desafíos", añade.

Esta arquitectura trabaja de forma distribuida-descentralizada, lo que favorece que ningún dispositivo resulte imprescindible para el correcto funcionamiento del proceso de autoadaptación. Por tanto, cumple con la tendencia actual hacia un diseño e implementación de sistemas basados en nuevos modelos de computación tales como Computación Móvil en la Nube, Edge y Fog Computing, con el objetivo principal de reducir tráfico de mensajes en Internet.

Según explica Gabriel Guerrero, "si alguno de los dispositivos de la red ad hoc se desconecta de dicha red, el resto tomarían el relevo para seguir ejecutando el servicio. Así se evita la interrupción del flujo de trabajo de los miembros del equipo".

Los campos de aplicación de esta solución abarcan otros contextos, generalmente enmarcados en el ámbito de las smart cities e Internet de las Cosas (turismo, campus universitarios, sistemas inteligentes de tráfico o de soporte a los conductores). Debido al creciente número de dispositivos inteligentes que se pueden encontrar en nuestro día a día, estos escenarios cobran cada vez mayor importancia, generando situaciones en las que varios usuarios pueden colaborar entre sí y beneficiarse del intercambio de información local.

"Por ejemplo, un turista podría recibir y compartir información actualizada en tiempo real de actividades de interés con otros turistas. Dicha información podría ser compartida sin disponer de una conexión de Internet. También podrían sugerir planes alternativos, por ejemplo, cuando se agotan las entradas de un monumento. Del mismo modo la solución puede aplicarse entre conductores para compartir de forma automática información acerca del estado del tráfico que pueden proporcionar los propios vehículos que se encuentran adelantados en una misma vía", detalla el investigador.

La arquitectura software resultante de esta investigación ha sido evaluada y validada mediante el uso de simuladores de red avanzados en los que los investigadores han obtenido resultados positivos. El siguiente paso del trabajo es su prueba en escenarios reales, lo que, según cuenta Gabriel Guerrero, "podría despertar el interés de compañías de telecomunicaciones, automovilísticas, agencias turísticas o instituciones públicas".

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