El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dejó ayer clara en Granada la estrategia del Gobierno para la gestión del final de ETA. Ni se va a negociar, ni se va a ser impune, ni se va a permitir que se tergiverse la historia. Y como instrumento, la ley y el Estado de Derecho, "que nos sobra y nos basta" para el fin de ETA. Así lo explicó ayer el ministro en una conferencia dentro de la VII edición del ciclo de conferencias que organiza la Fundación Luis Portero, que versó sobre "la gestión del final de ETA", que llegará "por las buenas o por las malas".

"Nunca habrá ni negociación, ni impunidad ni equidistancia. El final de ETA debe ser una historia de vencedores y vencidos; que nadie pretenda encontrar otra interpretación que no sea el triunfo de la ley y de la Democracia frente al fanatismo bañado de sangre". Así de contundente se mostró Fernández Díaz, quien dijo que ETA ha "encarnado el rostro del mal" y que por lo tanto "sólo un necio pensaría que su última página se escribirá con tinta de impunidad".

En el marco político, Fernández Díaz dijo que "ya les hemos quitado las pistolas, ahora tenemos que quitarle los votos. Y eso es lo que hay que gestionar en el final de ETA", dijo en alusión a la legalización de Bildu, Amaiur o Sortu.

Fernández Díaz marcó tres pilares sobre los que sustentar la gestión del final de ETA: la perseverancia en la defensa del Estado de Derecho porque "la estrategia para el fin de ETA está escrita en la ley", la defensa de la historia real y el reconocimiento permanente a las víctimas, "que nunca han caído en la tentación de tomarse la ley por su mano".

Sobre el primer pilar, aseguró que el Gobierno siempre hará una "reivindicación de la ley y del Estado de Derecho para guiar el fin de ETA". "Hoy podemos afirmar que los terroristas han sido derrotados policialmente y no hay que consentir que transformen la derrota en una especie de concesión porque no se corresponde con la realidad", dijo el ministro, quien afirmó que pondrán todo su "empeño" en que "no logren por el terreno político lo que no han logrado con las armas".

El ministro se mostró rotundo en confirmar que "si ETA deja de actuar tiene que dejar de ser", por lo que dijo que la única salida es su "disolución incondicional". Y para eso "el Gobierno ni negocia ni negociará. Negocias cuando hay razones pero ellos no tienen, por lo que no hay nada que negociar".

Sobre el marco de actuación, el ministro dejó claro que "nos basta y nos sobra la ley para acabar con el aparato que mantiene en la clandestinidad, que ellos conocen y nosotros también". En esa vigilancia enmarca las 31 detenciones que se han realizado en lo que va de año en España y otros países europeos, principalmente Francia. "Ya no hay santuarios que les cobijen", dijo.

Fernández Díaz también habló de los partidos políticos. "No hay espacio para el mercadeo político. Los terroristas no son políticos, son criminales de la peor bajeza moral, por lo que el ordenamiento tiene que defenderse de quienes apoyan a la banda. En esto tiene plena vigencia la Ley de Partidos y hay que respetarla para participar en la democracia, que no es para los asesinos o los que les jalean. Por eso si Bildu o Sortu u otro grupo legalizado pretende estar al margen les caerá todo el peso de la ley. Que no se crean que son impunes; se puede iniciar un proceso de ilegalización sobrevenida".

También hizo hincapié en la defensa de la "verdad histórica frente a los intentos de manipulación". "Hay que quitar la careta a quienes les jalean", sentenció.