El restaurante La Finca, situado en el hotel La Bobadilla de Loja, lucirá desde ahora la primera Estrella Michelín de la provincia, un reconocimiento a un concepto gastronómico pegado a la tierra que ofrece mucho más que comida.

Una capilla sin sacralizar bendice el arranque de la aventura culinaria que nació cuando La Finca era solo un restaurante, ese que ahora es el corazón del hotel La Bobadilla de Loja (Granada) y que desde este martes presume de Estrella Michelín.

Su cocinero, Fernando Arjona, agarró anoche en Toledo la chaquetilla con la primera Estrella Michelín de la provincia de Granada, el postre a un trabajo cocinado a fuego lento y con sabor a tradición.

"Queríamos dar un cambio para ofrecer algo especial y hemos conseguido una receta perfecta porque el equipo ha sabido leer la cultura culinaria de la zona, la esencia de estar entre dos provincias, para dar sabor a su menú", ha explicado a Efe la directora del hotel, de la cadena Barceló, Cristina Domínguez.

Este restaurante de La Bobadilla, un cinco estrellas acurrucado en la Sierra de Loja, estrena la lista de estrellas Michelín de la provincia gracias a un proyecto que empezó antes de la pandemia por el empeño de Domínguez y que ha crecido con el personal que ya trabajaba en el hotel.

"Confiamos el proyecto a Pablo González, que ha sabido sacar el máximo partido a los productos de la zona, y que ha liderado a la gente del hotel, trabajadores que ya estaban aquí, y que se han reciclado para estar a la altura de un mundo tan exigente", ha añadido la directora del hotel.

Y así comenzó a cocinarse este éxito gastronómico que es además un premio al trabajo de este hotel que homenajea a la ubicación estratégica de Loja, entre Granada y Málaga, para maridar los mejores ingredientes de cada zona y ofrecer una experiencia Michelín.

Después de una última temporada corta, la cocina de La Finca cerró el 11 de noviembre un año marcado por las modificaciones para dar con el menú ahora reconocido, el primero para una provincia popular por las tapas.

"Hay espacio para todos, para la caña y tapa y para esta otra gastronomía, y días para todo. Las dos cosas son compatibles y contra las tradiciones no se puede ir. Toca pensar que es la primera Estrella Michelín de la provincia pero que pronto llegarán otras", ha explicado a EFE González.

Este chef con dos estrellas en su restaurante La Cabaña (Murcia) reconoce que no basta solo con comer porque la excelencia llega con la experiencia, "porque hay que hacer que pasen cosas".

Esas "cosas" empiezan en la capilla de La Finca, en un altar que nunca lo fue y que luce adornado por un imponente órgano y desde el que se preparan media docena de aperitivos con sabor granadino y malagueño.

"Se trata de confrontar platos de las dos provincias y ofrecer aperitivos con un discurso, una cocina tradicional pero actualizada, pegada a la tierra", ha detallado.

La historia sigue en un comedor que ensalza el producto estrella, el caviar de Riofrío que se presenta con una bruma característica de la zona para acompañar a una ruta de quesos por Andalucía y a otros manjares de la tierra como la quisquilla de Motril o el cordero segureño.

"Somos artesanos, ofrecemos un menú con muchas elaboraciones, con mucha técnica, y lleno de ingredientes. Basta decir que, con la sala llena, hay más trabajadores que comensales", ha apuntado González.

Auténtico experto de la técnica y genio indiscutible de la puesta en escena, la cocina de Pablo González sorprende a los comensales con sabores bien definidos y dispares, recetas elaboradas de forma magistral y creaciones que viajan del recetario tradicional y mediterráneo a la vanguardia culinaria.

Con todo esto como telón de fondo y bajo la dirección del chef Fernando Arjona -cocinero de la casa y conocedor de cada rincón de La Bobadilla-, La Finca brilla en el firmamento culinario y acumula peticiones de reserva para un salón que no volverá a abrir hasta el 17 de marzo.