Granada

La Fiscalía mantiene los cargos por el robo de la caja fuerte del Granada CF

  • Las defensas alegan que existen "contraindicios" que prueban la inocencia de los tres acusados Ayuntamiento, Gegsa y Tecnimatic creen que la cantidad que se reclama "no está acreditada"

"Parece que se está cuestionando la propia existencia del robo y creo que la Policía tiene olfato para detectar una denuncia falsa". Esta fue una de las primeras apreciaciones que realizó ayer, durante la última sesión del juicio por el robo de la caja fuerte del Granada CF, el fiscal del caso, Luis Salcedo, tras mantener los cargos contra los tres acusados que hay en el proceso. Fue precisamente uno de ellos, Juan Carlos C.S., jefe de seguridad de Gegsa (la empresa municipal encargada del mantenimiento del Estadio Los Cármenes), quien durante su interrogatorio el lunes expresó sus dudas de que la sustracción se hubiese producido.

Sin embargo, en opinión del fiscal, no sólo se produjo el robo, sino que fue él, Juan Carlos C.S., quien lo hizo posible, ya que creó la tarjeta de acceso general -denominada 300- usada para cometerlo, una "prueba directa" que unida a otros indicios demostrarían su presunta participación.

Aquel suceso dio lugar a "500 folios de atestado" y a una labor policial, la realizada por el Grupo de Robos de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Granada, digna de elogio, según enfatizó el fiscal, que solicita 3 años de prisión por un delito de robo con fuerza en las cosas. Esta petición de cárcel la realiza tanto para Juan Carlos C.S. como para los otros dos acusados: los hermanos Daniel y Jonathan L.G., socio y comercial, respectivamente, de Tecnimatic Security, que es la empresa que instaló las alarmas en las oficinas del club rojiblanco.

Para el fiscal, durante el juicio, que quedó visto para sentencia, se ha acreditado también que la caja fuerte existía y que precisaba "de al menos tres personas para ser movida". Por eso, comparte con los investigadores policiales que, el 18 de octubre de 2011, entre las 21:30 y las 22:00 horas, fue sacada de la oficina que tiene el club en Los Cármenes, con la recaudación del primer día de venta de entradas al partido que el Granada iba a disputar con el Barça días después, la cual ascendió a unos 130.000 euros.

Asimismo, cree que fue el jefe de seguridad el responsable de la desaparición del disco duro donde se almacenaban las imágenes grabadas en fechas anteriores al robo, a través de las que se hubiera podido determinar quién era el usuario de la famosa tarjeta 300. "Él fue quien usó la tarjeta" y "fue quien desconectó las cámaras" el día antes, aseveró el fiscal, reconociendo que puede haber otras personas implicadas en el robo que no han sido procesadas. "Quizás no están todos los que son, pero son todos los que están", señaló, mostrándose igual de convencido de la participación de los otros acusados. Como recordó, un informe de geolocalización encargado por la Policía los situó, a través de las llamadas que efectuaron aquella noche, en el campo o en sus inmediaciones. "Conocían el sistema de seguridad y en esos momentos se encontraban en el estadio", concluyó.

También el abogado del Granada CF, Jesús Huertas, mantuvo su acusación contra los tres encausados, para los que pide 5 años de cárcel. Existen, a su juicio, numerosos indicios "de entidad e intensidad suficiente" como para condenar, como "el flujo de llamadas telefónicas" de ese día y el siguiente entre los acusados. Ni él ni el fiscal se creen la coartada de los dos hermanos, que manifestaron que aquella noche estaban en esa zona del Zaidín porque iban a un bar próximo al estadio para ver un partido de la Champions. Sobre este punto, el letrado puso de relieve el cambio en la declaración de Jonathan, pues en un principio dijo a la Policía y al instructor que tras salir del trabajo se fue a casa.

La explicación a esa modificación en su versión fue aclarada por su defensa. Los hermanos, al -según su abogado- saberse inocentes, no eran conscientes de las graves consecuencias que podría tener una imputación de este tipo y, por ello, no se detuvieron a analizar qué hicieron exactamente aquel día ni a buscar pruebas que demostrasen que aquella tarde, una hora antes del robo, estuvieron en el Corte Inglés, donde compraron "una corbata para una boda" -existe el ticket-, yendo posteriormente al Zaidín. "Sus primeras declaraciones estaban movidas no por el ánimo de mentir, sino por la falta de cuidado", advirtió.

Por su parte, el abogado del jefe de seguridad denunció que se haya intentado "incriminar a toda costa" a su cliente, y confió en que la acusación, basada según la otra defensa "en unos indicios endebles", sea desmontada con los "contraindicios". Destacó la "contundencia" al declarar de su cliente, que no tiene ni antecedentes penales "ni necesidad de robar", pues percibe "un sueldo digno". Además, "no tenía por qué saber que había dinero" aquel día en las oficinas del Granada. Sobre la desaparición del disco duro con las grabaciones que había solicitado la Policía, consideró que "lo roban los ladrones". Insistió en que las cámaras eran para "grabar los partidos, se pongan como se pongan los directivos del Granada" y admitió sólo la negligencia de su defendido en la distribución de tarjetas; pues "se daban a manojos".

Tanto los abogados de Gegsa y Tecnimatic (responsables civiles en caso de condena), como la representante del Ayuntamiento (posible responsable civil subsidiario), consideraron "no acreditada" la suma de la recaudación. Es más, el Ayuntamiento recordó que el club ofreció "hasta cuatro cifras diferentes" sobre la cantidad robada debido a que no existía un registro informático preciso ni hubo recuento de la taquilla, por lo que no descartó "la posibilidad" de que el club hubiese aprovechado para "inflar" la suma.

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