La Subdelegación del Gobierno de Almería aseguró ayer en una nota que en el tramo de la A-7 entre Adra (Almería) y Albuñol no se ha producido "ningún deslizamiento de tierras" y que la decisión de no abrir 2 kilómetros en la provincia de Granada responde a la necesidad de "modificar" los taludes.

Después de que la propia ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, achacase el miércoles a un desprendimiento como causa de que no se abriera el tramo totalmente, la Subdelegación precisó que la decisión de posponer la entrada en servicio de los 2,5 kilómetros se produjo "hace tiempo".

Ésta se adoptó por razones de seguridad con el fin de modificar unos taludes construidos en el tramo, que se abrirá en condiciones normales en cuanto se realicen los trabajos de mejora en los mismos.

Por su parte, el senador del PSOE por Granada Manuel Pezzi aseguró ayer sentirse "contento y satisfecho" por la apertura al tráfico del tramo de la A-7 y calificó los motivos del retraso de su puesta total en funcionamiento como "pequeño desajuste técnico que las empresas que ejecutan las obras aseguran que solventarán", al tiempo que criticó el "pesimismo visceral" del PP, asegurando que para los populares "que una pequeña ladera desplazada significa que se ha hundido Granada".

La satisfacción del senador socialista no era compartida por la Cámara de Comercio de Motril y la Asociación de Empresarios de la Costa Tropical, AECOST, que en un comunicado conjunto aseguraron que la inauguración del miércoles fue "una auténtica tomadura de pelo" ya que, afirmaron "la autovía finaliza justo donde está situado el cartel de provincia de Granada".

Por ello, tanto el presidente de la Cámara de Comercio motrileña, Adrián Picazo, como el presidente de AECOST, Jesús García, pidieron al Ministerio de Fomento "seriedad ante el que se constituye como el principal problema de la Costa, las infraestructuras".