La Línea de Alta Capacidad (LAC) se estrenó un 29 de junio de 2014 para cubrir con un conjunto de autobuses azules de grandes dimensiones el eje Palacio de Congresos Gran Vía-Cruz del Sur. Cuatro años después, Granada se prepara para vivir una nueva transformación del transporte público marcada por la desaparición de los característicos autobuses azules puestos en marcha por el Partido Popular y la vuelta de líneas míticas como la 33, o las circulares 11 y 21 que han desesperado la nostalgia de los granadinos. La diferencia entre el antes y el ahora se resume en la falta de información. Cuando se puso en marcha la LAC, se lanzaron multitud de campañas para informar a los granadinos de los cambios.
No obstante, pese a esas multitudinarias campañas informativas, los vecinos de la ciudad y los turistas se hicieron un auténtico lío para entender un sistema vertebrado en torno a un eje central que obligaba a hacer transbordos y que muy pronto se ganó el rechazo de los usuarios provocando cambios estructurales como la incorporación, de nuevo, de líneas por el eje de Gran Vía, donde se supone sólo debía circular la LAC. Ahora, cuatro años después, Granada camina hacia el mismo caos.
La primera teniente de alcalde, Ana Muñoz, aseguró el pasado viernes que se mantienen las fechas de la reordenación del transporte presentada por el PSOE en marzo de 2018. Su compañera de filas y edil de Movilidad, Raquel Ruz, dijo lo mismo minutos después. Y la duda es, ¿cuánto tiempo va a disponer el usuario para comprender el nuevo mapa? ¿dónde encontrará información detallada de estas líneas?
Por el momento, no queda claro qué líneas se mantienen y cuáles se borrarán de un mapa que se ha presentado en hasta dos ocasiones pero unos sin trazados definitivos a la espera de incluir las sugerencias vecinales tras presentar las modificaciones en las distintas juntas de distrito. El proceso consensuado no es lo único que ha frenado la implantación.
La puesta en marcha del transbordo gratuito también ha supuesto un frenazo a unos cambios que eran muy necesarios para frenar la caída de viajeros. Esta prestación se presentó en diciembre con la pretensión de entrar en vigor en dos meses. Sin embargo, la adaptación de las validadoras a cargo del Consorcio Metropolitano de Transporte, unido a la ampliación del convenio al resto de municipios por los que discurre el Metro de Granada, (Albolote, Armilla y Maracena), han retrasado la llegada al mes de julio cuando, supuestamente, también se pondrá en marcha el nuevo mapa.
Respecto a la movilidad, el portavoz de Izquierda Unida, Francisco Puentedura, también puso ayer sobre la mesa el pasado viernes otros interrogantes. Uno de ellos es las diferentes condiciones que tienen Metro de Granada. "Rober permite el transbordo a dos líneas durante 90 minutos mientras que el Metro solo ofrece 60 y uno", destacó Puentedura quien apostó por un modelo de billete único que no complique la vida a los ciudadanos. De la misma manera, mostró sus dudas teniendo en cuenta las diferencias tarifarias que existen entre ambos modelos. Por ejemplo, los granadinos que se mueven en autobuses de la Rober tienen acceso a bonos especiales para personas con discapacidad, jóvenes o mayores mientras que el Metro no los ofrece. Esto supone estos colectivos no tengan acceso al transbordo gratuito pues las prestaciones se ofrecen mediante la tarjeta de Rober mientras que, el transbordo, solo será posible con la tarjeta verde del Consorcio.
Respecto al Metro, el portavoz de IU también denunció que no se están cumpliendo los objetivos señalados en el pliego de condiciones. "La Junta vende éxitos pero no cómo mejorar el sistema para que se conecte bien con el transporte urbano y metropolitano", dijo el edil quien destacó la necesidad de que todos los tranvías estén operativos para mejorar la velocidad comercial. Asimismo, abogó por ampliar el horario que entre semana, por el momento, es de 6:30 a 23:00. A juicio, del edil, insuficiente para muchos trabajadores.
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