En un momento en el que los salarios no contribuyen en nada a que los granadinos lleguen a final de mes con tranquilidad, la rebaja de los precios que vive la provincia en 2014 puede ser el 'respiro' temporal que necesitan los ciudadanos. Los últimos datos del IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que los precios mantienen su tendencia a la baja en la provincia, con una caída del 0,6% en la primera mitad del año, que se sitúa en el 0,3% si se compara con los datos de junio del año pasado.

En Granada no sólo caen los precios, sino que lo hacen más que en el resto de las provincias andaluzas. En lo que va de año, sólo se acerca Cádiz, donde el coste de la vida se ha reducido un 0,5% entre enero y junio; mientras que en Almería y Sevilla la caída ha sido del 0,4%; en Jaén, del 0,3%; en Córdoba y Huelva, del 0,2%; y en Málaga, del 0,1%.

El balance anual también deja a Granada entre las primeras posiciones del ranking, aunque igualada con Cádiz y Huelva, donde la reducción interanual de los precios también ha sido del 0,3%. Los principales grupos de productos y servicios que han permitido a Granada registrar este descenso del coste de la vida han sido las comunicaciones, que se han abaratado un 5,9%; los alimentos y bebidas no alcohólicas, cuyo precio ha caído un 2,1%; el ocio y la cultura, que también se han visto rebajados un 2,1%; y los hoteles, cafés y restaurantes, que han reducido sus precios de venta un 1,3%.

En cuanto a los productos que suben, sin importar la crisis ni la capacidad económica de los consumidores, destacan las bebidas alcohólicas y el tabaco, que se han encarecido un 2,4%; la vivienda, que ha recuperado un 2,7% los precios; y la enseñanza, que ha experimentado una subida de precios del 1,3%.

Obviamente, que bajen los precios es una buena noticia para los ciudadanos, y así lo reconoció ayer la secretaria general de UGT de Granada, Manuela Martínez, que apuntó que la bajada del IPC "palia, aunque sea momentáneamente, la pérdida de poder adquisitivo que están experimentando trabajadores, pensionistas y demás perceptores de prestaciones públicas". Sin embargo, la líder sindical advirtió que esa bajada de precios no revele que existen "síntomas muy preocupantes que revelan una economía estancada y sin visos de mejora".

Martínez recordó que la situación, en la que los empresarios siguen planteando medidas de flexibilización y precarización del empleo, es la de "la pescadilla que se muerde la cola", puesto que "la causa de la baja demanda interna, de las bajas tasas de inflación" es precisamente "el elevado empleo temporal, los bajos salarios y la falta de estabilidad laboral".