La atracción que ejerce la gastronomía en todo viaje que se precie hace que la pregunta "¿y aquí que se come?" sea ya un clásico. Olla de San Antón, tortilla del Sacromonte, plato alpujarreño, remojón granadino, piononos, chirimoyas y aguacates... ¿Cuáles son los platos más típicos de Granada? Aquellos que todo visitante debería probar para llevarse un bocado de la esencia de Granada. Para aunar criterios la Escuela de Hostelería acogió ayer una jornada de trabajo a la que invitó a cerca de 40 personas relacionadas con el mundo de la gastronomía en la ciudad, principalmente cocineros. La idea del proyecto en el que andan inmersos junto a la Federación de Hostelería y al Ayuntamiento de Granada es consensuar una 'carta granadina', un listado de productos y elaboraciones que todos los establecimientos de restauración de la ciudad y la provincia podrán ofrecer al visitante con la idea de ir creando una seña de identidad, una imagen de marca que permita a Granada colarse en las principales guías gastronómicas de España (guía Michelín, Repsol...)

El alcalde de la ciudad, Paco Cuenca, cree que es un "magnífico momento" para iniciar este camino, principalmente teniendo en cuenta la calidad de los productos de la zona y la hornada de "magníficos cocineros a los que, si se les da a conocer, podrían estar en el mapa nacional de primer nivel".

"En los últimos meses hemos intentado atraer la atención, generar interés por la ciudad trayéndonos eventos del tipo 'Masterchef', con la entrega mañana [por hoy] de las chaquetillas Michelín, o con la celebración del concurso 'Bocados'", relata Cuenca.

La estrategia pasaría por situar a Granada dentro de las referencias nacionales de la gastronomía preservando los productos típicos de la provincia "de lo contrario corremos el riesgo de copiar cosas y no mantener nuestra tradición, nuestros productos", insistió el alcalde, quien hizo referencia a las raíces de la gastronomía granadina, con influencia nazarí, andaluza, mediterránea, que tendrán que estar plasmadas en esas elaboraciones.

Una buena gastronomía y una potente agenda cultural son las dos líneas de trabajo con las que la ciudad quiere aumentar las pernoctaciones de los viajeros que se acercan hasta la capital.