Granada

Granada reacciona contra el odio y denuncia el ataque a la Mezquita

  • Los responsables del templo denunciaron ayer a los miembros de Hogar Social por su protesta xenófoba

Granada reaccionó ayer de forma contundente contra el acto xenófobo protagonizado por una docena de miembros del colectivo Hogar Social contra la Mezquita Mayor. Autoridades, asociaciones, políticos y vecinos del barrio alzaron la voz para dejar claro que en Granada "no cabe el odio", convocando una concentración de apoyo a la comunidad islámica granadina, en la que participaron al menos dos centenares de personas.

La propia Mezquita tomó cartas en el asunto, presentando una denuncia formal siguiendo las recomendaciones de la Policía Local que acudió el sábado por la tarde tras el incidente protagonizado por Hogar Social. El imán del espacio religioso, Ahmed Bermejo, habló con este medio sobre la protesta explicando que aunque "no fue una agresión violenta como tal, sí crearon momentos de pánico en algunos de los turistas que visitaban tanto la Mezquita como el Mirador de San Nicolás", ya que el lanzamiento de una bengala provocó "una pequeña avalancha" alentada por el "estado de ánimo" tras los atentados de Cataluña.

Bermejo recordó que la del Albaicín es "una Mezquita abierta" y que sus miembros son "los primeros en luchar contra toda esa lacra que es el terrorismo". En esa misma línea, la Plataforma de Comunidades Musulmanas de Granada condenó los ataques de Barcelona y Cambrils, recordando que esas "acciones de barbarie nada tienen que ver con el Islam".

Desde el Ayuntamiento de Granada también quisieron condenar la protesta xenófoba. Así, la cuenta oficial de Twitter del Consistorio granadino subrayó que desde la institución "condenan enérgicamente los actos de sabotaje", apuntando que "en Granada no cabe el odio". La concejal de Derechos Sociales, Jemi Sánchez, recordó la moción aprobada en marzo por el Ayuntamiento que "condena toda práctica de discriminación en sus múltiples formas" y que, por tanto, "no permiten manifestaciones de odio ni es bienvenida la islamofobia".

Por su parte, la plataforma Granada Abierta se solidarizó con la Mezquita y recordó que Granada "debe ser símbolo de diálogo intercultural", exigiendo la ilegalización del colectivo Hogar Social, "ya que este grupo fascista fomenta los delitos de odio y supone un riesgo para la convivencia democrática".

Vamos Granada, que se unió a la protesta vecinal, mostró su rechazo a actos xenófobos, asegurando que "la convivencia, la interculturalidad y la cohesión social son las únicas herramientas posibles ante el miedo".

El rechazo al ataque de Hogar Social tuvo su culmen con la celebración de la concentración en la entrada de la Mezquita. Durante la protesta, que se celebró sin incidencias y con la presencia de dos coches de la Policía Local y uno de la Policía Nacional, se pudieron escuchar consignas de repulsa contra el acto perpetrado el sábado en el templo y contra los atentados de Barcelona y Cambrils.

Unas 200 personas ocuparon la plaza aledaña al grito de "fuera los fascistas de nuestros barrios", "no pasarán, Hogar Social" y "no tinc por". También podían leerse carteles en apoyo al islam como religión de "paz", junto a otras enseñas más rudimentarias que comparaban el "fascismo con el racismo, el odio y la muerte".

Una de las manifestantes, Yamila Margarit, explicó a este medio que "el terrorismo no tiene nada que ver con la religión, y la comunidad musulmana de Granada está muy aceptada por la ciudad". Otro manifestante, Manuel García, cree que "Hogar Social no es un grupo de ultraderecha, sino neonazis que atacaron la Mezquita", por lo que la ciudadanía de Granada decidió concentrarse "espontáneamente para defender que han convivido históricamente las tres culturas".

El momento cumbre se dio cuando Mercedes Ortega, una vecina del barrio, leyó un comunicado en nombre de todos los vecinos para criticar el ataque de la "ultraderecha" en la Mezquita, pese a que "su imán se ha mostrado en contra de los atentados yihadistas". Ortega, en nombre del barrio, condenó "el ataque de Hogar social" y se solidarizó con el espacio santo para, en última instancia, recordar que "Granada debe ser símbolo del diálogo intercultural".

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