Los embalses de Canales y Quéntar son la única fuente de abastecimiento de agua de la ciudad desde hace dos semanas. Las últimas precipitaciones han permitido dar un respiro a los pozos, de los que no se saca agua desde hace días. Pero la situación puede cambiar si no llueve en el próximo mes o mes y medio. De ser así el abastecimiento tendría que volver a apoyarse en los pozos, aunque el suministro de agua está garantizado, sea cual sea la climatología de los próximos meses.

El deshielo de la Sierra, que se producirá dentro de unos meses, es otro de los factores que permite a los gestores del agua ser optimistas.

La finalización de los arreglos en las tomas de conducción del embalse de Canales, que comenzaron en el mes de noviembre, ha permitido volver a tomar agua del pantano. Fuentes de la empresa de aguas Emasagra aseguran que la aceptable situación de los embalses, y la conclusión de las obras en Canales, ha posibilitado volver a hacer uso de ellos, lo que ha permitido dejar a un lado los pozos. Además, el proceso para sacar agua de estos enclaves es mucho más caro puesto que hay que utilizar complejos sistemas de bombeo.

"Ahora mismo los pozos no aportan nada porque no es necesario, sólo se recurre a ellos cuando estamos en situación de emergencia, cuando los embalses están bajos de caudal o cerrados por obras", explican desde la empresa Emasagra. No obstante, no es la empresa municipal de aguas la que decide de dónde se coge el agua de abastecimiento, estas directrices las va marcando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Pese a que el suministro está garantizado se sigue imponiendo el ahorro hídrico. A fecha de uno de enero el embalse de Canales tenía 11 hectómetros cúbicos almacenados cuando el pantano tiene capacidad para 70 hectómetros, lo que significa que está al 15 por ciento de su capacidad. Por su parte, el pantano de Quéntar cuenta con 5 hectómetros de agua embalsada y tiene capacidad para 14 hectómetros, es decir está al 35 por ciento de su capacidad.

Desde hace unas semanas los aportes de agua se dividen entre Quéntar, de donde sale el 61 por ciento de los recursos y Canales, que aporta el 39 por ciento.

"Los pozos son un recurso que nos aseguran que Granada nunca sufrirá sequía, además contamos con el acuífero de la Vega, lo que nos permite garantizar que no haya restricciones de agua", argumentan desde Emasagra.

El embalse de Quéntar, que llevaba desde el mes de agosto de 2006 sin ser utilizado, ha aportado durante los últimos meses el 54 por ciento del agua de consumo, mientras que el 46 restante procedía de los pozos. La decisión sobre de dónde se coge el agua para el abastecimiento de la ciudad depende de los porcentajes de llenado de los embalses. Para que éstos se vacíen de forma paralela y para evitar que alguno de ellos se seque, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir va distribuyendo la captación entre uno y otro de forma alternativa.

De esta forma, cuando la situación de una de las infraestructuras hídricas es preocupante ésta deja de ser de inmediato fuente de suministro de la ciudad. Esta decisión permite que el nivel del agua vuelva a subir y que el pantano recupere su capacidad de almacenaje. Sólo entonces se volverán a utilizar sus recursos.