Granada

Guerrero, el hijo que siempre vuelve

  • La Diputación entrega sus Medallas y Granadas Coronadas El presidente reivindica el papel de la institución tras la reforma de la administración local

José Antonio Guerrero y Lluis Gibert fueron los encargados de subir al escenario a recoger los galardones que la Diputación de Granada entregó ayer a sus padres, José Guerrero y José Gibert, respectivamente. La institución provincial ha querido reconocer este año de forma póstuma la labor de estas dos figuras, que son un referente en la historia reciente de Granada. El pintor granadino recibió el título de Hijo Predilecto de la Provincia cuando se cumple el próximo año el centenario de su nacimiento. Y el descubridor del llamado Hombre de Orce, fue condecorado con la Medalla de Oro. 

La cita fue en el Auditorio Manuel de Falla,  donde la Diputación de Granada celebró ayer el solemne acto de entrega de Honores y Distinciones de la Provincia, a partir de las 20:00 y con todo el graderío lleno. La recepción de  autoridades, premiados y asistentes comenzó media hora antes para que los homenajeados pudieran firmar en el libro de honor. 

Con fondo musical de unas fanfarrias, ordenadamente y escoltados por los maceros, los miembros de la mesa procedieron a entrar en el escenario. Tras el saludo del presidente de la institución, Sebastián Pérez, el secretario de la Comisión de Honores y Distinciones procedió a ir citando a los premiados.

El nombramiento del pintor como Hijo Predilecto dio la oportunidad a José Guerrero de dedicar unas palabras a su hermana, fallecida cuando se negociaba la permanencia del legado de su padre.

Entonces empezó la entrega de Medallas de Oro. La primera fue para la orden hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios en Granada, por su labor social y asistencial histórica en la provincia de Granada. En esta ocasión, el encargado de recoger el premio fue el hermano Juan José.

La segunda Medalla de Oro fue para el Cuerpo Nacional de Policía,  "por su permanente servicio y salvaguarda del orden constitucional y su meritoria labor como cuerpo de Seguridad del Estado, reconociendo de esta manera a sus miembros, hombres y mujeres ejemplares, que velan de manera permanente por el bien social de nuestra comunidad", tal y como destacó la institución. El encargado de subir al escenario  fue Francisco Arrebola Larrubia, jefe superior de Policía de Andalucía Oriental.

La tercera fue a manos del poeta Rafael Guillén, coincidiendo con el 80 aniversario el pasado año del que fuera Premio Nacional de Literatura en 1994.

Y la cuarta para el Cascamorras,  que recibió recientemente el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional. La distinción se otorgó a la Hermandad Nuestra Señora de la Piedad de Guadix  y Juan López Lechuga, presidente de la misma, fue el encargado de recoger la Medalla y responsable de uno de los momentos más emotivos al recordar que se trata de una fiesta de estos dos municipios pero también de toda la provincia y ya de carácter internacional. En el escenario estuvo acompañando Rocío Ruiz Gallego, hermana mayor de la agrupación gemela en Baza.

La última Medalla  fue para José Gibert Clols  que puso de moda en España la discusión científica sobre la evolución humana cuando anunció en 1982 que había descubierto al Hombre de Orce, en el yacimiento de Venta Micena, en Granada. Su hijo Lluis Gibert recordó la labor de su progenitor y "su valentía para defender su trabajo ante una comunidad científica muy conservadora". "Aprendí mucho de mi padre", afirmó el emocionado hijo ante la mirada de su hermana, también presente en el acto.

  Después se procedió a la entrega de la Granada Coronada, que fue para Manuel Rodríguez Ramírez, pintor granadino de amplia trayectoria internacional.

La siguiente fue la revista Entre Ríos, por su labor literaria en pro de la poesía y la literatura en general. En nombre de la directora, María Luz Escribano, recogió el premio Remedios Sánchez. 

La siguiente fue para el periodista  Juan Enrique Gómez, por su trabajo de investigación y difusión de la flora y fauna de la provincia. Y las últimas, para dos compañeros de la casa: Pilar Parra Arcas, por su trabajo y custodia del archivo provincial como jefa del Servicio de Publicaciones de la Diputación de Granada, y a Miguel Muñoz García-Ligero, como jefe del Servicio de Cultura de la Diputación de Granada. 

El encargado de cerrar el acto fue el presidente de la Diputación, que se dirigió a "los hombres y mujeres que han contribuido con sus trayectorias a una provincia mejor, más solidaria, más rica en su patrimonio y en su esencia, más amplia en su historia contemporánea".

El presidente recordó el aniversario de la Diputación de Granada, "que cumple doscientos años, lo cual es una ocasión única para resaltar el valor que sigue conservando para la vida económica y social".

En esta línea, Pérez aprovechó su discurso para reivindicar el papel de la administración provincial ahora que muchas voces apuntan a su desaparición dentro de la política de recorte de funcionariado y de simplificación de la administración pública. A su juicio,  los actos del bicentenario han sido "un buen exponente del servicio a la provincia que ha demostrado esta Diputación". "Un servicio que se ha traducido, como vuestras obras artísticas, como los trabajos científicos y sociales que os traen aquí, en un impulso a Granada que está vivo y es más necesario que nunca", declaró. 

 "La hoja de servicios de aquellos que reconocemos hoy con las Medallas de Oro y las Granadas Coronadas del Bicentenario son, como las de la Institución que las promueve, intachables", dijo el presidente, que hizo referencia expresa a  José Guerrero, "Hijo Predilecto que siempre volvió a Granada siendo uno de los máximos exponentes del arte abstracto del siglo XX". "La institución que presido ha sido la que más ha luchado en las últimas décadas por expandir el nombre de José Guerrero de cuyo nacimiento en nuestra capital se cumple en 2014 un siglo", dijo en referencia a la polémica que surgió sobre él como dato de su obra que zanjó con unas palabras de elogio a sus descendientes. "Su familia fue siempre generosa con esta tierra legando la obra que del maestro Guerrero se guarda y expone en el museo que lleva su nombre en la calle Oficios, y que hoy es nuevamente uno de los referentes más importantes del arte contemporáneo en España y el mundo".

Sobre el futuro de la institución, Pérez terminó su discurso mencionando proyectos en marcha, como la Escuela Internacional de Turismo Rural de Guadix y la declaración de la Alpujarra como Patrimonio de la Humanidad.

El acto institucional se clausuró con la tradicional foto de familia y un concierto de la pianista Vanesa Pineo Guerrero  y la violinista María Dueñas Fernández, que con tan sólo 12 años se postuló como uno de los nuevos valores de esta provincia ante un emocionado auditorio.

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