seguridad

Historias de fuego en el Parque Norte

  • El Parque de Bomberos Norte alberga un pequeño museo con objetos históricos utilizados por los efectivos

  • Manuel Salas dirige por segunda vez este cuerpo, que en 2021 cumplirá el bicentenario

De las chaquetas de cuero o 'pellizas' para esquivar las llamas a los trajes especializados con respiración autónoma. De las tenazas para abrir vehículos accidentados a los equipos hidráulicos. De la improvisación y la maña a los planes de autoprotección. Desde el nacimiento del Cuerpo de Bomberos de Granada en 1821, lo que lo convierte en el más antiguo de España, absolutamente todo ha cambiado. Pero, por fortuna, es posible conocer esta evolución gracias a los testimonios de los profesionales que trabajan en este cuerpo especializado. Y no solo eso, también es posible conocer algunas de las herramientas, cascos o vehículos que a lo largo de la historia les han servido para prestar este importante servicio al ciudadano. Estas piezas están en un museo improvisado en el Parque de Bomberos Norte. Y, muy pronto, con motivo del Bicentenario del Cuerpo de Zapadores y Bomberos de Granada, saldrán a la luz en una exposición dentro de la programación que se está preparando para celebrar esta importante efemérides.

De los cambios, del pasado y el futuro, habla el actual jefe de Bomberos, Manuel Salas. Una persona que ha dirigido en dos ocasiones este servicio municipal (2003-2011) y (2106-actualidad) y que, pese a que se incorporó sin una vocación expresa, ahora siente pasión por este trabajo.

El cuerpo, que es el primero de España, se creó en 1821 con carpinteros o fontaneros

"Cuando empiezas te enganchas", explica Salas, que pensaba jubilarse este año y, sin embargo, acabó inmerso en un nuevo reto profesional: repetir como Jefe de Bomberos. En un breve recorrido por la exposición, que puede visitar cualquier ciudadano, Salas relata cómo han avanzado las herramientas, los vehículos, pero sobre todo las técnicas. "Hemos conservado bastantes cosas", relata junto a un Land Rover al que, se nota, le tiene bastante cariño. Todavía anda. "Lo hemos mantenido", explica Salas en este pequeño espacio donde también hay multitud de trajes, cascos, extintores e, incluso, restos de pared del antiguo Parque de Bomberos Norte.

En su relato, también recuerda las dificultades de los efectivos antes de la apertura del Parque Sur. "A finales de los 80 nos íbamos a dar vueltas en un coche por el Zaidín para, si había un incendio, estar más cerca", detalla Salas, que recuerda esos servicios como "largos y pesados". Luego, tras el rechazo de los vecinos a que se abriera una estación de autobuses junto al Palacio de Congresos, acabaron por ocupar este edificio que se convirtió en el Parque Sur. También se dividió la ciudad en dos zonas aunque las directrices se dan desde Norte.

Ahora, reconoce que faltan efectivos pero confía en que con las incorporaciones anunciadas por el Ayuntamiento se equilibre el cuerpo. Si en un principio, hace casi 200 años, se seleccionaba a fontaneros, carpinteros o fontaneros para trabajar en el cuerpo, en la actualidad, Salas destaca la alta especialización. Aquí, se aprende una vez que se accede con el día a día y los cursos formativos que se imparten. "Antes había que conocer bien la madera, muchas casas eran de este material. Ahora con el hormigón armado, si no hay personas dentro de la vivienda es más sencillo".

Sobre el tipo de llamadas que reciben, Salas detalla que son muy variadas. Hay por fuego aunque se han reducido gracias a la sustitución de braseros por calefacciones centrales. Pero también hay servicios en accidentes de tráfico o rescate de animales. También en los últimos años han aumentado considerablemente los accesos a viviendas donde residen personas mayores que viven solos y han tenido algún problema como una caída. Además, cuentan con tres planes pioneros centrados en inundaciones, terremotos y fuegos forestales y un grupo de rescate de búsqueda y localización de personas con perros. ¿Da todo esto para que los granadinos estén tranquilos? Salas reconoce que Granada está "muy preparada", pero recuerda que "ante la eventualidad y ante un siniestro hay que estar tranquilo porque se puede dar respuesta a las emergencias que puedan surgir". No obstante, reconoce que "cuando la naturaleza dice aquí estoy, todos los medios pueden ser insuficientes". No obstante, ellos reciben una formación permanente así como ofrecen cursos a la Policía Local o a las asociaciones de vecinos por ejemplo en materia de prevención ante terremotos. Esta información puede salvar vidas.

Salas, que lleva 34 años de servicio, reconoce que nunca se planteó entrar. Cerca de los 14 años empezó a trabajar en un taller de taracea. Dos años después, como marmolista hasta que finalmente accedió. Lo que más le satisface de este trabajo es la ayuda que se presta al ciudadano aunque, obviamente, reconoce que se viven momentos muy duros. Cuando llevaba solo seis meses acudió a un incendio en Maracena donde fallecieron dos niños. Todavía se le tuerce el gesto cuando lo menciona. Pero luego sonríe. Recuerda cuando una mujer no quería montarse a la escalera para salir de su vivienda y, tras convencerla y llegar al suelo, se puso a dar saltos de alegría. "Cuando ayudas a los demás te sientes realizado y satisfecho".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios