enseñanza superior

Investigación con solera

  • La UGR homenajea por primera vez con un acto la trayectoria de 120 investigadores con seis o más sexenios

  • Todos ellos han vivido la intensa transformación de la institución

El acto de homenaje se celebró ayer en la Sala Máxima del Espacio V Centenario.

El acto de homenaje se celebró ayer en la Sala Máxima del Espacio V Centenario. / María de la Cruz

"El que es investigador, lo es por vocación. Y es bueno que su labor se reconozca". El ex rector Pascual Rivas fue uno de los 120 investigadores de la Universidad de Granada que ayer fueron justamente homenajeados por desarrollar su labor investigadora de forma continuada a lo largo de, al menos, cuatro décadas. La Sala Máxima del rebautizado Espacio V Centenario, en la Avenida de Madrid, fue el escenario elegido para destacar la trayectoria de este centenar largo de docentes en activo o eméritos de la UGR que han obtenido 6 o 7 sexenios de investigación por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI). Fue una jornada de gratitud, de recuerdo del camino recorrido y también de reivindicación.

Los homenajeados ayer forman parte de lo que Pascual Rivas denominó "burguesía" de la Universidad. Entre éstos, Manuel Rodríguez Gallego, miembro de una auténtica 'estirpe' de profesores e investigadores de la UGR que mantiene lazos con la institución académica desde mediados del siglo XIX. Rodríguez Gallego ha trabajado como investigador en Mineralogía y extendió su trabajo investigador a cuestiones como la interacción entre vida y mineral. "Hemos desarrollado métodos que ahora se utilizan en todo el mundo en la regeneración" de elementos de piedra, como las esculturas de Versalles o en el Louvre. En el camino, entre el laboratorio y los monumentos, un camino proceloso y no siempre reconocido. "Antes no había mucho apoyo", reconoce el profesor sobre sus primeros pasos como investigador.

"La resistencia no es sólo un valor, también es una declaración de principios"

No fue el único en recordar el camino andado. El catedrático del departamento de Mineralogía y Petrología Miguel Ortega Huertas destacó en su discurso la importancia de la creación, durante la época de rector Rivas Carrera, de un plan propio de investigación en la Universidad de Granada. "Este plan habla de esperanza", aludió en su intervención, en la que aludió a los recortes, a la necesidad de controlar y evaluar y, sobre todo, destacó el valor de los investigadores ayer homenajeados, capaces se sumar cuatro décadas de trabajo en un entorno no siempre favorable. "La resistencia no es sólo un valor, sino una declaración de principios", indicó, para destacar que todos los logros de los que puede hacer gala la Universidad en estos años vienen del trabajo continuado de las generaciones anteriores. "En la Universidad no hay autodidactas", zanjó, para abordar otro tema pendiente en el ámbito universitario y que también fue objeto de análisis por parte de la rectora, Pilar Aranda, durante su intervención: la presencia de las mujeres o, justamente, la escasa presencia de investigadoras. Sólo 13 de los 120 profesores que ayer fueron distinguidos eran mujeres. "El techo de cristal se mueve pero no se rompe", concluyó Ortega.

María Dolores Suárez también recurrió al tono crítico en su discurso. Apuntó a la precariedad de las instalaciones y medios de la época en la que comenzó a investigar "hace 48 años". A modo de anécdota, recordó cómo tuvo que ir de la Facultad a la Estación Experimental del Zaidín en autobús con unas muestras preservadas con hielo porque se había roto la centrifugadora, y la manera -ahora parece antediluviana- para solicitar artículos de investigación. La única vía era el correo postal, que a veces obtenía respuesta, y otras no. "Ahora tenemos una instrumentación única", alabó Suárez, que fue precisamente vicerrectora de Política Científica en la etapa de rector de González Lodeiro. De aquellos tiempos, la catedrática del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II recordó cómo era una "anomalía" la colaboración con las empresas privadas y cómo durante este medio siglo se han tenido que sortear épocas de "penuria" económica entre años de bonanza. Esos recuerdos cimentaron la conclusión de la científica, que expresó la necesidad de que el trabajo investigador "sea útil", y, sobre todo, incidió en la necesidad de que desde el Rectorado se dé apoyo a todas las áreas de la investigación, no sólo a los "ámbitos punteros".

La catedrática del Departamento de Filología Latina Aurora López fue la encargada de cerrar las intervenciones con una defensa cerrada de las Humanidades, un área "esencial para el acercamiento a la vida".

Tras la entrega del diploma conmemorativo a los profesores homenajeados, Aranda fue la encargada de cerrar el acto con una intervención en la que destacó la labor de los rectores que la precedieron -cuatro de ellos asistieron al acto, el ya mencionado Rivas, Lorenzo Morillas, David Aguilar y Francisco González Lodeiro- el papel de los investigadores de la UGR -incluidos los que no obtuvieron la acreditación- y el valor del plan propio de investigación.

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