El tercer toro de la tarde del jueves para Alejandro Talavante iba a deparar una sorpresa inesperada, tanto para los 6.000 espectadores que se encontraban en la Plaza de Toros de Granada como para el propio diestro. Una lluvia de piedras del tamaño de una pelota de golf comenzaron a caer sobre los tendidos 4 y 5 del coso, así como en el propio ruedo. La confusión entre los presentes fue mayúscula al no saber desde dónde ni por qué caían las rocas. El origen se encontraba en uno de los edificios que están pegados al coso, lugar desde el cual cuatro jóvenes -dos hombres y dos mujeres- de unos 20 años de edad lanzaron presuntamente las piedras al interior de la plaza; según aseguraban ayer a este diario fuentes cercanas a la autoridad del festejo.

Afortunadamente el suceso se resolvió sin tener que lamentar daños personales graves. Si bien, uno de los pedruscos impactó de refilón en la cabeza de una espectadora, hiriéndola superficialmente. La mujer fue trasladada de inmediato a la enfermería del coso, donde fue atendida. Tras comprobar que la lluvia de piedras no provenía del interior de la plaza, efectivos policiales salieron de la misma para dirigirse al lugar que, en la vía pública, correspondía con el foco del lanzamiento de estas pequeñas rocas.

Al entrar en el edificio se toparon con los presuntos culpables quienes, siempre según la versión facilitada por la fuente consultada, en ese momento llevaban consigo una bolsa con piedras idénticas a las caídas sobre la plaza y una de las pancartas exhibidas horas antes en una manifestación antitaurina que había tenido lugar en las inmediaciones del coso. Tras iniciar el trámite de sanción y proceder a la apertura de expediente por el hecho, el siguiente paso será dar traslado a la Subdelegación del Gobierno. Las concentraciones antitaurinas tuvieron lugar el viernes y el sábado de Corpus.