Granada

El Metro, una ciudad empantanada y la confrontación política

  • Con un final aún lejano y con media ciudad en obras, el tráfico y el comercio se resienten.

La construcción del Metro está pasando los momentos más complicados de una obra, que en este caso se hace eterna para los ciudadanos y comerciantes afectados, que son muchos.

En el último año media ciudad se ha quedado empantanada con las obras del Metro, que afectan a muchos kilómetros de vías urbanas desde el Norte hasta el Sur. En especial, las obras afectan al Camino de Ronda, donde ya se están construyendo los túneles y las tres estaciones subterráneas.

Es aquí donde los problemas han crecido porque los comerciantes de la zona están desesperados. A la profunda crisis que afecta a cualquier comercio de la ciudad se le ha sumado un obra de grandes proporciones que mantiene esta importante calle de la ciudad como un lugar prácticamente muerto.

Los propietarios de los establecimientos luchan por sobrevivir hasta el final de la obra con la confianza de que la puesta en marcha del Metro sea un revulsivo que acabe por compensar todas las molestias. Pero el problema es que esa perspectiva está aún muy lejana, pues la actividad del nuevo medio de transporte no está prevista al menos hasta finales de 2012.

Sí puede ocurrir que este año que empieza, la obra haya concluido, al menos parcialmente, en algunos tramos del Camino de Ronda, donde incluso ya se están colocando aceras y medianas.

La actividad de construcción ha tenido varios obstáculos durante el año pasado. Por un lado, la aparición de restos arqueológicos, que inevitablemente  complican el proyecto, aunque su relevancia y ubicación  no haya sido suficiente para propiciar por ahora un retraso importante ni un cambio sustancial del proyecto. Sólo ha tenido más relevancia la aparición de unos restos de la alberca del Alcázar del Genil en el lugar donde está prevista la estación subterránea. Esto ha obligado a hacer algunas modificaciones en los planos de esta dársena con el fin de que puedan quedar expuestos los restos del muro.

Otro de los aspectos que más ha inquietado durante el año pasado es el de la liquidez económico. Si bien la Junta garantizó muy pronto la financiación de esta obra, las empresas contratistas y los trabajadores se quejaban del retraso de los pagos, lo que impedía tener la obra a pleno rendimiento.

La proximidad de las elecciones municipales (en mayo de 2011) ya ha puesto de manifiesto que las diferencias de color entre los gobiernos municipal y autonómico influirán a la hora de sobrellevar la obra y coordinarse para su correcta ejecución. Al menos en lo que se refiere a las declaraciones públicas.

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