Motril Jornada de puertas abiertas del Parque de Bomberos motrileño

Minibomberos por un día

  • Casi un millar de escolares entre 3 y 13 años de 18 centros educativos acuden al Parque motrileño para aprender a prevenir los riesgos de un incendio en la vivienda

Si se produce un incendio en casa, hay que avisar inmediatamente a los bomberos a través del 112. Por su puesto, los niños no deben jugar con cerillas. Estos consejos son algunos de los que recibieron los cientos de escolares motrileños que participaron ayer en la jornada de puertas abiertas del Parque de Bomberos de Motril. Esta ciudad ha sido una de las tres seleccionados en toda la comunidad autónoma para celebrar este evento.

La Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) organizan desde 2006 la Semana de la Prevención de Incendios. Esta edición, después de recorrer 16 ciudades de toda España, se cierra mañana en Motril con actividades que tienen como objetivo aprender a prevenir el fuego.

Las instalaciones de los bomberos motrileños se convirtieron por unas horas en un parque infantil para los 850 menores procedentes de 18 colegios, con edades comprendidas entre 3 y 13 años. La visita comenzó con la proyección de una película en la que se explicaba a los niños la manera de prevenir un riesgo de incendio y cómo actuar en caso de que se produzca.

Y es que el mayor índice de mortalidad en España no viene provocado por los accidentes de tráfico (en 2009 hubo unos 2.700 fallecimientos en las carreteras), sino por los accidentes dentro del hogar, que son los causantes de 6.000 a 7.000 muertes al año.

Los más pequeños disfrutaron con las actividades que la empresa Interocio les había preparado: atracciones, castillos hinchables, juegos de bolas y animación con payasos. Los bomberos, acostumbrados a vivir jornadas de tensión, presentaron ayer su faceta más lúdica y derrocharon simpatía y paciencia con los pequeños. Estos últimos pasaron unas horas de diversión lejos de las aulas. Así, los más atrevidos se subieron a un rocódromo mientras otros se echaban las manos a la cabeza al ver la altura que alcanzaban.El colectivo de jóvenes grafiteros motrileños Yo pinto mi mundo expresó a través de sus sprays los riesgos de ciertas rutinas habituales en las paredes del parque.

Tampoco faltaron los simulacros de incendios. En un tarro se provocó un fuego controlado y los bomberos explicaron que la espuma apaga por sofocación, ya que lo que se persigue es aislar el combustible del ambiente que lo rodea. También les enseñaron el traje que utilizan y disfrazaron a un alumno.

Otra de las actividades más divertidas fue la que les permitía por unos minutos sujetar la manguera y con la presión del agua probaron puntería a 15 metros de distancia. Pero, sin duda lo que más les gustó a todos fue subirse al camión de bomberos. La jornada concluyó con el reparto de unos cuadernos y unos gorros con los que soñaron con ser valientes bomberos.

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