Los restos de la antigua Plaza de Toros de Granada del siglo XVIII siguen metidos en dos mil cajas de fruta y olvidados, a diez meses de haber sido inaugurado el aparcamiento de Constitución. Así lo denunció ayer el PA, que recordó que esos restos fueron hallados durante las obras, que por ese motivo estuvieron paralizadas durante un año.

"El desmedido interés de la Junta en parar las obras y en recuperar las piedras, una a una, parece que ha desaparecido una vez que el objetivo se obtuvo", criticó su secretario local, Fernando Egea, que añadió que ahora la Junta no destina presupuesto para "ponerlos en valor".

El sobrecoste en un cincuenta por ciento de las obras y la reducción de 49 plazas para vehículos en la planta principal tampoco sirvieron, a su juicio, "más que para boicotear al municipio" por medio de la Delegación de Cultura. "No se ha solucionado nada, sencillamente se han olvidado de los restos y esperan que los ciudadanos también olviden este dispendio", agregó.