La maquinaría electoral lleva rodando meses. Como poco, desde el pasado mes de diciembre cuando las elecciones del 20-D dejaron todo igual que estaba y día tras día los partidos han estado tirando de la táctica para sobreponerse al rival. Aunque en un sistema como el español, el tono electoralista siempre está presente, acrecentándose en los momentos clave. Estos días, la agenda política la marca la confluencia Podemos-IU que está generando un halo de ilusión entre la izquierda y muchas suspicacias entre el resto de partidos, que temen una unión de votos que les reste posibilidades.

En la circunscripción de Granada, la más apretada el pasada 20 de diciembre, el gran damnificado sería el PP que perdería uno de sus tres escaños al Congreso en detrimento de esta nueva alianza que a nivel provincial está recibiendo un gran respaldo tanto en el ala morada como en el de Izquierda Unida. De esta forma, volviendo a aplicar la Ley D'Hont con los últimos resultados, habría triple empate a dos diputados entre populares, socialistas y Podemos-IU, y Ciudadanos seguiría manteniendo el suyo.

La presidenta del Podemos en el Parlamento de Andalucía, la granadina Carmen Lizárraga, aseguró ayer que el preacuerdo alcanzado entre su partido e IU para concurrir a las próximas elecciones generales permitirá poner "en el sitio que se merecen" el millón de votos de la formación de izquierdas. La parlamentaria afirmó que este pacto es "positivo" porque suma fuerzas y con ello IU es una formación más con la que se unen para trabajar "por la mayoría social" y para "revertir las políticas tan perjudiciales" que, según ella, han conducido hacia una sociedad "peor". Esta apuesta responde, en su opinión, a una petición de la gente y "pone sobre la mesa" el entendimiento entre dos formaciones ante una ley electoral "injusta". Además, recordó que con el preacuerdo sellado entre ambos partidos se superan los "escollos" de la legislación electoral y se ponen "en el sitio que se merecen" el millón de votos de IU.