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Las Pymes y los autónomos vuelven a elevar la morosidad tras las crisis de 2008

Las Pymes y los autónomos vuelven a elevar la morosidad tras las crisis de 2008

Las Pymes y los autónomos vuelven a elevar la morosidad tras las crisis de 2008

El año 2020 no ha sido fácil para casi nadie, pero las Pymes y los autónomos son la parte del tejido empresarial que más ha sufrido. Las medidas del Gobierno como los ERTE, las diferentes moratorias o los préstamos avalados por el ICO han conseguido frenar los síntomas iniciales de morosidad. Pero, después de un año de pandemia, comienzan a verse los primeros problemas.

A pesar de que las estimaciones del año pasado hacían pensar que los préstamos con impagos superarían el 10%, la cifra actual se mantiene algunas décimas por debajo del 5%. Eso sí, se prevé que sea durante el año 2022 cuando realmente llegue el pico más alto de morosidad, al alcanzar la retirada de las ayudas.

Pymes y autónomos, mayor foco de riesgo

Aunque vemos cómo los datos son más optimistas de lo que se esperaba en un principio, tanto los organismos internacionales como el Banco de España han pedido prudencia. Además, instan a las entidades a controlar de manera exhaustiva los préstamos durante los próximos meses, pues ya empiezan a sonar las primeras alarmas.

En el año 2008, la fuente principal de la crisis financiera fueron las hipotecas y los préstamos a la construcción; pero esta vez son particulares y pequeñas empresas quienes preocupan. Las diferentes medidas que ofrecían liquidez y apoyo al consumo durante los primeros meses de pandemia, presentan ahora una importante tasa de endeudamiento por parte de los solicitantes.

Es por esto que algunas plataformas, como Creditea, están ofreciendo una mano amiga a todas estas Pymes y autónomos. Por ejemplo, esta entidad ha lanzado una solución de créditos al 0% de interés si se devuelve el importe en menos de 60 días. Un apoyo perfecto para poder reestructurar lo necesario en verano y superar este bache.

Y es que desde el Banco de España advierten que hay indicios latentes que pueden desencadenar en un grave problema. Este organismo tiene marcado como “en vigilancia especial” al 35% de los créditos a empresas y el 30% a particulares (especialmente autónomos). Estos préstamos, sin estar consideramos impagados, empiezan a presentar problemas que podrán derivar en morosidad.

Algo parecido ocurre con el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Las cifras con préstamos a empresas con cierto riesgo superan el 8%, mientras que las de autónomos alcanzan el 14%. Hay que tener en cuenta que el Estado se hace cargo de hasta el 80% del impago en estos casos; por lo que la morosidad recaería directamente en las arcas públicas.

Parece que las Pymes y autónomos se han convertido en el nuevo cliente de riesgo, por lo que les será difícil acceder a la financiación tradicional por medio de entidades bancarias. La concesión de créditos será más estricta y vigilada que antes, y los bancos no estarán proactivos hasta que no termine la pandemia, dentro de muchos meses.

Por lo tanto, es el momento de buscar nuevas maneras de preparar los pequeños proyectos empresariales, a través de la financiación alternativa. Solo mediante el cambio de mentalidad de los nuevos empresarios se pueden conseguir que las mejores ideas salgan adelante en estos tiempos difíciles.