Granada

"Queremos una legislatura de cambio profundo y eso se nota con el tiempo, no al instante"

  • "Los dos somos gobierno", asegura el líder provincial de Izquierda Unida al hablar del pacto con los socialistas, un acuerdo que, si se cumple, debe traducirse en una política "distinta a la ultraliberal y de derecha extrema que se hace en Madrid"

-¿Qué perspectivas se abren con el gobierno PSOE-IU en Andalucía?

-Hemos entrado a gobernar en la etapa más difícil de la democracia, con menos recursos y más necesidades sociales que nunca. Esperamos introducir cambios dirigidos al futuro. Es decir: no hay dinero para hacer grandes obras, pero sí puede ser el momento de diseñar y aprobar las que interesan desde la izquierda, las que sean accesibles a todos, las sostenibles, las que miren a la articulación del territorio y no sólo a conectar los grandes núcleos urbanos... Es más momento de hacer política que de invertir.

-O sea, que los efectos de esta legislatura se notarán en la siguiente.

-Ha dado usted el titular (ríe). Queremos que sea una legislatura de cambio profundo y eso no se nota al instante, sino en el tiempo.

-Tras las elecciones dijo que era partidario de cogobernar aunque supusiera un desgaste. ¿Espera seguir pensando lo mismo en 2016?

-Si no, significaría que hemos fracasado en nuestro intento de que aquí se haga una política distinta a las ultraliberales y de derecha extrema que se hacen en Madrid. Y en Andalucía también se estaba evidenciando una clara rendición ante las leyes del liberalismo.

-¿Cree que en este periodo se tendrán que tragar muchos sapos? Ahora hay manifestaciones contra los recortes de la Junta y no sé si la gente hace distinciones.

-IU no puede aspirar a que se desarrolle el 100% de su programa, pero sí a que se cumpla lo acordado. Si es así, no tendremos por qué tragarnos ningún sapo. Hay unos recortadores, que son Rajoy, Montoro, la Comisión Europea... Y hay unos recortados, que son los andaluces, los trabajadores públicos y el gobierno andaluz, que no hace recortes: los sufre. El PP le ha quitado 4.000 millones. No es que no queramos gastarlo, es que no lo tenemos. Y si a mí me bajan el sueldo, tengo que ajustar los gastos.

-Distinto sería que fuera la propia Junta la que decretara recortes.

-Ha hecho lo contrario: aprobar una subida de impuestos a las rentas más altas y a las sucesiones y el patrimonio.

-¿Cómo marcha el nuevo modelo administrativo?

-Está ya a punto. Va a quedar reducido en un 50% el número de delegados provinciales. Eso son menos coches oficiales, menos asesores. Es un gesto plantear una reducción cercana a los 150 o 200 altos cargos en Andalucía. La gente debería compararlo con la corte celestial que tiene montada el presidente de la Diputación o el alcalde de Granada. Cualquier concejalillo de segunda tiene dos o tres cargos a sus órdenes. Entre la Diputación y el Ayuntamiento, el PP tiene más cargos de confianza que todas las delegaciones de la Junta.

-También la Junta ha creado no pocos organismos de cuya eficacia se podría dudar. ¿Irá contra ellos?

-Hay que racionalizar la estructura de la Junta porque no tiene sentido una Delegación de Vivienda con unos funcionarios sin apenas carga de trabajo y una EPSA que hace cosas que debería hacer la Delegación. Se ha creado una superestructura y hay que aligerarla de cargos, de directivos, y asegurar que todo el mundo tiene trabajo que hacer. No sobran trabajadores públicos, pero hay que asignar a cada uno un papel.

-¿Dentro de esa racionalización comparten la idea de que las diputaciones sobran?

-Si hay algo solapado y que no cumple una función lógica son las diputaciones. La de Granada tiene dos mil funcionarios que se supone que se deben a los pueblos de menos de 20.000 habitantes. Si los repartiéramos, pueblos pequeñitos que tienen dificultades para manejar su propia administración contable tendrían cuatro o cinco funcionarios trabajando allí. No queremos elevar las competencias a la Junta sino bajarlas a los ayuntamientos. Defendemos la comarcalización, la creación de grandes mancomunidades, que no significarían un incremento de gasto y acercarían las competencias de la Diputación a las comarcas. Aunque el PP no va en esa línea, sino en la de vaciar las comunidades autónomas para darle competencias al Estado y a las diputaciones, que dependen del Gobierno central. Es volver al franquismo del centralismo de Madrid y del gobernador civil.

-¿Qué competencias tendrá IU en Granada: Sierra Nevada, la Delegación del Gobierno...?

-Nosotros reclamamos que Sierra Nevada se quedara en Turismo y hemos perdido. La han dejado en Deportes, lo cual es reduccionista porque no es una pista de pádel. Pero aunque no tengamos la titularidad pelearemos por que la planificación y el fomento del turismo en Granada incluya a la Sierra. Y nosotros, más que hiperdesarrollar Sierra Nevada o la Costa con infraestructuras monstruosas, más que un hotel de siete estrellas que cree 500 empleos, preferimos 500 negocios de turismo rural que creen siete cada uno. Hay muchísimo pequeño empresario que espera que le ayudemos. Lo que pasa es que aquí buscamos la foto. El políticio va a hacérsela en el hotel, pero ayudar a cien negocios de pequeños empresarios no tiene foto.

-¿Está IU de acuerdo con el Plan Subregional de la Costa?

-Defiendo la redacción de un plan porque no existe. Lo que se ha hecho es unir todas las peticiones de los alcaldes y los empresarios y se ha llegado al límite del absurdo. Si hay que repartir una tarta de diez porciones y todos piden seis, al final suman 24 y la tarta sigue teniendo diez, y con porciones quiero decir suelo, capacidad de las comunicaciones de absorber gente, agua disponible... El plan se rinde a fuertes tentaciones de convertir la Costa en Benidorm y eso hay que frenarlo.

-También se habló de que el delegado de la Junta en Granada fuera de su formación.

-La Delegación de Gobernación ha desaparecido y hay dos que cubren ese espacio: Política Municipal y Presidencia. La extensión en Granada de la primera recaerá en IU. La gente se fija mucho en las caras y en los edificios, pero los dos somos gobierno y eso se tiene que evidenciar en las provincias. La coordinación de las políticas dirigidas a los ayuntamientos la hará IU. La pregunta a lo mejor es quién va a estar en La Normal, ¿no? Pues como sede del Gobierno andaluz, tendremos que estar los dos.

-De acuerdo, igual no es lo esencial, pero ¿cuando haya un acto oficial el representante de la Junta en Granada será del PSOE o de IU?

-Esa pregunta es de la anterior legislatura. En IU hemos estado más interesados en cerrar un acuerdo de gobierno que en la representatividad que tengamos.

-¿Las medidas del Gobierno central les hacen ser optimistas? ¿Y también el cambio de rumbo que se percibe en la Unión Europea?

-Miramos a Grecia, donde la izquierda puede ganar las elecciones con un proyecto que es el mismo que nosotros propusimos: nacionalizaciones, moratoria en el pago de la deuda, un sistema fiscal progresivo y contundente e inversión pública para crear empleo. La cuestión es si seguimos aceptando que los bancos privados manejen la economía o planteamos que el crédito es un servicio público, como la educación y la salud. Nuestro país necesita crédito y es demasiado importante para que esté en manos privadas. Cuando una gran banca cae, lo sufrimos todos porque toda la sociedad asume el riesgo cuando se da un préstamo a una familia o una empresa, y no puede haber un intermediario privado enriqueciéndose con eso. La nacionalización es una cuestión de principios. Y la nacionalización no es lo de Bankia, donde el Estado ha absorbido el riesgo pero permite que siga habiendo socios privados que cobren cuando vuelva a haber beneficios. Es una aberración.

-Hablando de aberraciones. ¿Qué le parece que un ex directivo de Bankia vaya a cobrar una indemnización de 14 millones?

-Los ex directivos de Bankia deberían ser juzgados y muchos deberían acabar en la cárcel. Si un presidente de un bloque de pisos dice que la comunidad tiene 2.000 euros de saldo y cuando llega otro presidente descubre que hay 20.000 de deuda, el que mintió se puede encontrar delante de un juez. Traslademos eso a Bankia. Si esto lo toleramos, consagraremos el expolio. ¿Con qué cara nos dirá después un ministro que no mintamos a Hacienda?

-¿Teme que haya más casos como el de Bankia?

-Lo que temo a estas alturas es la intervención de España.

-Hay analistas que dicen que igual sería lo más adecuado.

-El rescate es que vengan unos señores, se sienten en el Ministerio y digan de despedir a un millón de funcionarios, bajar el 25% del sueldo, subir el IVA... Hay que romper con eso y decir que no estamos dispuestos a cosas como pagar un 7% por préstamos a bancos privados que con una mano lo cogen del Banco Europeo al 1% y con la otra lo venden a España al 7%, que están ganando 60.000 euros por cada millón sin hacer nada. España tendrá que plantear si está justificado pagar por la deuda de la época de la burbuja, porque los bancos especularon para incrementar el valor de los pisos, que después se pagaban con los créditos que ellos daban. La inmensa bola de la deuda de España, que es la deuda privada de las familias que nos hipotecamos hasta las cejas para pagar unos pisos que ahora no valen ni la mitad, fue generada por los bancos. Sería lo que se llama una deuda odiosa. Nosotros defendemos una auditoría pública de la deuda, como se hizo en Argentina, en Ecuador, en Islandia... y que consiste en cuestionar la legitimidad que tiene determinada deuda y en un momento dado proceder a su cancelación unilateral.

-¿Si España hiciera lo mismo podría sufrir represalias de la Unión Europea, como sacarnos del euro?

-¿Y qué pasaría?

-No lo sé.

-Tenemos seis millones de parados. Estamos en índices del tipo de países del Tercer Mundo, como Mali o Guinea Ecuatorial.

-¿Fuera del euro nos iría mejor?

-El problema es cómo se entró. Ahora mismo una ruptura sería muy difícil de gestionar. Más que romper con el euro hay que romper con las políticas europeas. ¿Y cómo le iría a la Unión Europea con España fuera del euro? A lo mejor no es tan fácil sacarnos. ¿Nos amenazan con sacarnos del euro? Lo que hace falta es un gobierno fuerte que se plante y diga que no . Los gobiernos que hemos tenido han ido a Bruselas a que les digan lo que tienen que hacer. Rajoy tiene el mismo respaldo que Merkel para decirle a la Unión lo que debe hacer pero no asume su responsabilidad, no nos representa. Y para que te respeten tienes que hacerte respetar.

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