Son mágicos. Por eso Melchor, Gaspar y Baltasar, además de llegar a todos los puntos de la provincia demostraron ayer unas destrezas inusitadas en todo tipo de deportes, ya sea por mar o por nieve. La primera parada de sus Majestades los Reyes de Oriente fue en Motril. Allí, más de 30.000 personas pudieron disfrutar de la llegada de los Reyes que convirtieron a la ciudad en referente festivo y participativo de toda la comarca.

La cabalgata se puso en marcha a las cinco y media de la tarde con la llegada en barco hasta el Puerto motrileño donde les esperaban cientos de niños para darles la bienvenida.

Uno de los puntos de referencia fue el tradicional belén viviente al pie del cerro del Santuario de la Virgen de la Cabeza, donde se procedió a adorar al niño recién nacido. Este año la organización ha conseguido batir el récord de carrozas al sacar a la calle una veintena, además de tres charangas que fueron acompañando a cada una de las batea reales, un pasacalles y un camión de época en el que participaron medio millar de figuristas.

Durante el recorrido los Reyes tuvieron oportunidad de repartir once mil kilos de caramelos. Pese a la cantidad de caramelos repartidos, todavía les quedaron más para regalar a los niños de Almuñécar. Los pequeños fueron los verdaderos protagonistas de la cabalgata de Reyes sexitana, ya que unos 420 fueron los que acompañaron a las nueve carrozas que integraron el cortejo. Además de Melchor, Gaspar y Baltasar, muchos personajes de programas infantiles repartieron alegría a su paso, como Manny Manitas, Bob Esponja, Dora la Exploradora, o los de Little Einsteins y La casa de Mickey Mouse. Algunos de ellos integraron una carroza interactiva en la que los niños pudieron participar desde la calle respondiendo a las preguntas y juegos que les planteaban los personajes.

Unos 2.000 kilos de caramelos y diversos juguetes se distribuyeron desde las carrozas, que estuvieron acompañadas por desfiles con música y baile, protagonizados en su mayoría por las alumnas de la escuela de baile Aromar de Almuñécar. La cabalgata partió en torno a las 18 horas desde el estadio municipal y a lo largo de tres horas recorrió las principales calles de la localidad.

En la Alpujarra, los Reyes prefirieron dejar los deportes y pasearse por la comarca caminando, en caballo y en camión, en una jornada cargada de ilusión sobre para los más pequeños. Los 32 municipios que componen la comarca organizaron numerosos actos con el objetivo de repartir alegría. En Órgiva a las siete de la tarde sus majestades comenzaron a recorrer las calles subidos en camiones decorados y acompañados de 50 pajes. Se repartieron 400 kilos de caramelos, 600 balones, 400 peluches, miles de bolsas de pipas y gusanitos, mantas de Bob Esponja, etc. Todo donado por las más de 100 empresas de la zona que quisieron aportar su granito de arena.

Y de la Alpujarra a Baza, donde los tres Reyes llegaron cargados de juguetes. Fueron cinco las carrozas que desfilaron, acompañados de cuatro pasacalles y un charanga musical, repartiendo en el recorrido más de 1.000 kilos de caramelos y haciendo entrega de lápices de colores a los niños que se acercaron a ver de cerca los Reyes en la Plaza Mayor. En Huéscar, una carroza para cada Rey acompañados a pie por su correspondiente corte realizaron el recorrido de costumbre. Las caras de ilusión y de alegría ante la llegada de los Reyes a Guadix eran palpables en cada paso del recorrido que partió pasada las seis y cuarto del Puente del Vivero. Casi tres horas de recorrido con paso obligado por la emblemática Catedral y el discurso oficial en el balcón de una Plaza de las Palomas, un año más, abarrotada.