Política

Sebastián Pérez-Luis Salvador: de política y amistades peligrosas

  • Del 'feeling' y la leyenda del pacto de la Plaza Mariana a la relación rota entre el alcalde y el vicealcalde

Rueda de prensa conjunta en 2017 para orquestar una moción contra Cuenca

Rueda de prensa conjunta en 2017 para orquestar una moción contra Cuenca / Álex Cámara

No ha llegado a cumplir los 16 años al frente del PP de Granada, ya que relevó a Juan de Dios Martínez a finales de 2004. Es decir, que han sido 15 años y unos meses los que Sebastián Pérez ha estado llevando los mandos del Partido Popular en la provincia, aunque sus inicios en la política local se remontan a muchos años antes cuando ya en los primeros noventa ejercía como concejal en la Plaza del Carmen. Si algo se puede decir de Sebastián Pérez en sus 16 años al frente de los populares granadinos es que ha sido fiel a una imagen y a una forma de entender la política, si bien en sus declaraciones se pueden apreciar los bandazos propios de un oficio donde es habitual decir hoy digo y mañana Diego.

Eso sí, las cosas de la política –y por lo general del fuego amigo– han ido tejiendo en torno a él una serie de 'amistades peligrosas', compañeros de partido o de Alcaldía con los que ha pasado de salir en las fotos a agarrar el puño cuando no está con ellos. Durante años fue comentada la relación entre el entonces alcalde José Torres Hurtado y el presidente del partido Sebastián Pérez, probablemente una de las enemistades más mediáticas que han llenado páginas y artículos de opinión en los diarios de la ciudad.

Pero más moderna es su separación con Luis Salvador, una persona con la que en teoría tenía eso que en estos tiempos gusta en llamar feeling. Mucho también se comentó sobre la 'oficina' que Sebastián Pérez, cuando era presidente de la Diputación, le dejó montar a Luis Salvador en la Plaza de Mariana Pineda para sumarse un favor futuro en su cuenta. En esta historia hay que recordar aquella rueda de prensa en abril de 2017 cuando los dos líderes provinciales de PP y Cs se reunieron en el hotel Carmen para orquestar una moción de censura contra Paco Cuenca que finalmente no se llevó a puerto.

Fiel a su imagen y sus idea de la política, otra cosa son los bandazos propios de cada etapa

Es probable que todo empezara a quebrarse el pasado junio cuando aquella maniobra política que se fraguó lejos de Granada le regaló a Luis Salvador el bastón de mando. Desde entonces, la relación entre ambos –si es que no lo había hecho antes– empezó a llenarse de barro y ahora vienen estos lodos en los que el Ayuntamiento de Granada se convierte en un polvorín donde algunos dicen que la foto finish será diferente a la del inicio.

En verano, y todavía con el moreno del que acaba de llegar de las vacaciones, Sebastián Pérez arrancó el curso político con aquel ultimátum que apuntaba que lo del 2+2 no era justo y enfriaba muy mucho el asunto de la coalición de gobierno entre el PP y Ciudadanos para hacer alcalde a un Salvador, que se negaba a que lo suyo como 'jefe' de la Plaza del Carmen fuera solamente de dos años y se apoyaba para ello en un papel o acaso era un mensaje de guasap.

El año político comenzó con el aviso en Órgiva de que no iba a ceder en el tema del 2+2

A finales de septiembre, llegó aquella rueda de prensa conjunta de balance de los 100 días en el Ayuntamiento de Granada con el alcalde y el vicealcalde emérito juntos en la imagen tragando saliva y poniendo sus mejores caras para aguantar el chaparrón del 2+2 y todo lo que habían dicho en la hemeroteca. Ya estaba viciada una relación en la que un tercero como Onofre Miralles, el portavoz de Vox, hacía imposible cualquier acercamiento.

Mientras tanto, en el PP había sillas que se movían por dentro y la 'gente guapa' de la Junta de Andalucía buscaba su momento.

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