Artículo de opinión | Raúl Solís

Granada existe

  • Granada está a punto de perder su poder administrativo sobre el Parque de las Ciencias

Granada existe

Granada existe

Granada está a punto de perder su poder administrativo sobre el Parque de las Ciencias, una institución que ha puesto a la ciudad en el mapa de la divulgación científica y que en 2008 visitaron casi un millón de personas. Desde que el portavoz de Podemos-IU, Antonio Cambril, denunciara que la Junta de Andalucía gestionará una de las joyas de la corona granadinas desde Sevilla, no paro de acordarme del honroso diputado que Teruel Existe obtuvo en las últimas elecciones generales y que fue analizado con gracietas llenas de indigencia intelectual.

Teruel Existe es el síntoma de una enfermedad que en el sur llevamos décadas sufriendo y que son consecuencia de un capitalismo sin frenos que ha decidido, sin Estado que lo remedie, concentrar el poder en el centro y vaciar las periferias de vida útil. ¿Qué es acaso el turismo masivo, si no una forma de usar las periferias vaciadas de patio de recreo de los privilegiados que viven en las zonas donde se producen bienes y servicios de alto valor añadido?

Este sistema económico salvaje está en contra de que las periferias tengan poder económico, político, industrial o cultural porque simple y llanamente está en contra de la democracia. Es insaciable. No se conforma con convertir a Andalucía en una periferia de Madrid o Cataluña, también convierte a Granada, Huelva o Almería en periferias de Sevilla o Málaga y, a su vez, a los barrios de Granada en la periferia del centro que estos días disfruta de las luces navideñas mientras que en un distrito donde viven 20.000 habitantes, a 30 minutos de la Plaza del Carmen, se alumbran con velas y linternas desde hace cinco años.

Raúl Solís, autor del artículo. Raúl Solís, autor del artículo.

Raúl Solís, autor del artículo.

Periferia son también los camareros que cobran 700 euros por jornadas de 12 horas de trabajo, en un sector turístico que no conoce las pérdidas y que acumula ganancias de dos dígitos desde hace una década, o las señoras que limpian oficinas por 500 euros al mes y las kellys que hacen habitaciones de hoteles por menos de 2 euros cada una.

Periferia son los pueblos de la Granada vaciada que se pretenden llenar de macrogranjas de 20.000 cerdos hacinados, con el respectivo perfume de sus defecaciones y la anulación del suelo para la producción agrícola o la cría ganadera tradicional. Periferia es que sea más fácil y rápido ir en tren desde Granada a Madrid que a Sevilla, Córdoba o Almería.

Ojalá que el movimiento ciudadano que se ha levantado en defensa del Parque de las Ciencias nos permita abrir los ojos y seamos capaces de ver que no nos roba Sevilla, sino un sistema económico y político que vacía de poder las periferias territoriales, sociales y económicas, convirtiéndolas en el contenedor de sus excesos.

Defender el Parque las Ciencias de Granada, el tren, la luz para el Distrito Norte, la reindustrialización de Andalucía o incluso oponerse al turismo destructivo que produce camareros y cocineros pobres, incapaces con lo que ganan de alquilar una vivienda digna en la ciudad donde trabajan, no es más que la defensa del derecho a decidir de las periferias, llámense Teruel, Granada, Zona Norte, Huelva, Andalucía, Guadix o María José.

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