Granada

"Tarde o temprano nos echarán, no somos rentables"

  • Los 'okupas' de las cuevas de San Miguel admiten que, pese al 'apoyo' del TSJA, acabarán siendo desalojados del Cerro

Dos días después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) declarara ilegal el pretendido desalojo municipal de las cuevas de San Miguel, la vida transcurre con la misma calma entre los barrancos. Los moradores de las cuevas siguen con su actividad habitual. La lluvia de los últimos días ha calado en los acogedores habitáculos y hay que seguir luchando contra las humedades. Jorge lleva una semana viviendo en las cuevas que jalonan los alrededores de la muralla zirí. Su paso por las cuevas será temporal pero sabe que el paraje en el que ahora vive es tan apetecible urbanísticamente que al final la Administración terminará echándo del Cerro a todos los vecinos.

"Si no es hoy será mañana pero tarde o temprano nos echarán de aquí. No somos rentables", explica el joven. Jorge dice que el interés del Ayuntamiento por este paraje (los terrenos están recalificados en el nuevo PGOU para hacer aquí un gran foco turístico) choca con el desinterés que ha demostrado a lo largo de los años. En la zona no se ven actualmente barrenderos, ni carteros, ni hay luz ni agua. Claro que la mayoría de los moradores no pagan impuestos ni tasas municipales.

Jorge explica que la ocupación de las cuevas se hace a través del boca a boca. Cuando se enteran de que alguien se va de la cueva viene enseguida gente a ocuparla y a adecentarla. Como le ocurrió a Miguel. No es el verdadero nombre de este joven holandés pero decidió que era la onomástica más parecida en español a su nombre. Miguel dice que no tiene ningún papel que acredite la posesión de la cueva pero que no le da miedo que vengan a echarlo. "Las cuevas están protegidas por la Unesco", dice tranquilo mientras prepara un té. Y cuenta que hasta utiliza la dirección de la cueva cuando va a buscar trabajo.

Miguel lleva tres meses viviendo en Granada y asegura que está de paso, aunque lo ha pensado mejor y ha decidido esperar a que termine el invierno para marcharse.

Bajo ese manto de indiferencia, los moradores de las cuevas ya han tomado cartas en el asunto y han decidido organizarse en una plataforma que se ha reunido varias veces. Entre el quehacer diario un padre de familia explica que está adecentando la cueva que 20 años atrás fue de su padre. La morada conserva todavía la cuadra para los animales... y trabajo para un año. Cuando se le pregunta al hombre por la posibilidad de que lo desalojen responde con contundencia. "Aquí estoy yo y mis abogados para defender la cueva que es mía".

Los ocupantes estiman que hay más de 200 cuevas en el Cerro de San Miguel y otras tantas familias que crian aquí a sus hijos desde hace años. "Nosotros estamos de pasada pero qué puede pasar con las familias ¿que han vivido aquí toda su vida?", se pregunta Jorge.

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