Granada

Urbanismo amenaza con embargar a JJ Romero también por La Azucarera

  • El Ayuntamiento reclama por vía ejecutiva a los propietarios de los terrenos próximos a la Carretera de Málaga el pago de la compensación económica acordada en los convenios suscritos por ambas partes

El Ayuntamiento de Granada mantiene otro frente abierto con el empresario granadino José Julián Romero. Además de los embargos llevados a cabo por el municipio por el supuesto incumplimiento de sus obligaciones económicas y urbanísticas en el Cerrillo de Maracena, el promotor se enfrenta también a otro proceso de reclamación municipal por vía ejecutiva relativo a sus propiedades en la zona de La Azucarera.

A través de la empresa Naviro Inmobiliaria, Julián Romero es propietario de la mayor parte de los terrenos de la zona próxima a la Carretera de Málaga en la que se encuentra la antigua fábrica azucarera y para cuyo desarrollo urbanístico hay aprobado un plan especial. No obstante, en este entorno, además del empresario, hay un grupo de propietarios de terrenos.

Este proceso ejecutivo cuyo fin es el embargo se inició por el incumplimiento de los deberes urbanísticos del promotor, así como el impago de las compensaciones económicas que se había comprometido a pagar al Ayuntamiento por los terrenos y los aprovechamientos urbanísticos que le corresponden al municipio por cesión obligatoria.

Esto se produce en un contexto en el que el empresario José Julián Romero ha puesto una denuncia contra los responsables municipales (empezando por el alcalde y la concejal de Urbanismo) por presunta prevaricación y estafa. En su escrito, el empresario asegura que los denunciados han ordenado embargos con la única finalidad de llevar su empresa a la quiebra y amparándose en una deuda "ficticia" de 4,2 millones de euros de aprovechamientos urbanísticos procedentes de los terrenos del Cerrillo de Maracena, conocidos por ser la ubicación prevista para el Palacio de Hielo.

Al igual que este proyecto, tan removido desde hace muchos años, en La Azucarera se han previsto en la última década gran cantidad de propuestas.

La primera de ellas es la que se planteó en la época del gobierno tripartito y con Ávila Rojas de propietario. Consistía a en crear allí una de las ciudades del ocio que se proyectaron en aquellos años y que finalmente no vieron la luz.

El promotor planteó después un proyecto urbanístico basado en la construcción de lofts, un modelo de tinte industrial, acorde con el pasado de la zona. Además de viviendas, también estaban previstos otros equipamientos, como un hotel o una sala de ocio.

Esta idea, que no cuajó en Urbanismo, tampoco salió adelante en aquellos años. Y ahora, con la actividad inmobiliaria parada, la antigua fábrica sigue haciéndose vieja sin perspectivas de cambio.

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