Los vecinos de Valderrubio despidieron ayer por la mañana a Magdalena Parrisa, la mujer de 76 años que falleció en su casa a causa del temporal que azotó el jueves a la Vega y, muy especialmente, a esta Entidad Local Autónoma. El acto de sepelio estaba previsto para el viernes pero tuvo que retrasarse porque la iglesia del pueblo, situada justo enfrente de la casa donde vivía Magdalena, todavía acumulaba en su interior bastante barro.

El viernes fue un día de trabajo duro en Valderrubio. Se recogieron hasta quince camiones de barro de las calles. Protección Civil, Bomberos y personal del Infoca colaboraron en las tareas.

La alcaldesa pedánea, Francisca Blanco, explicó ayer que esos trabajos prosiguen y que tres calles aún siguen cortadas. Los efectos del desbordamiento del arroyo de Escóznar, por tanto, todavía se notan. Y los pronósticos auguran lluvia para esta tarde, aunque matizan que no serán tan intensas como las de tres días atrás.

La colaboración de todos propició que el cortejo fúnebre de la mujer fallecida pudiera finalmente hacer su recorrido y "entrar en la iglesia" donde había hasta un metro y medio de agua, recordó Blanco, para luego llegar hasta el cementerio.

Aunque aún no se han valorado todas las pérdidas causadas por el temporal en Valderrubio, hay "muchas hazas inundadas" que han quedado inservibles y la cosecha de espárrago se verá reducida al mínimo, explicó la alcaldesa quien también está en contacto con la Junta de Andalucía para las ayudas económicas aprobadas ayer con el fin de paliar los efectos del temporal.

En ese sentido, el delegado de la Junta en Granada, Jesús Huertas, ya dijo el viernes que Valderrubio se consideraba oficialmente zona de emergencias -figura que sustituye a la hasta ahora tradicional zona catastrófica- y comprometió su apoyo para arreglar los desperfectos y, lo que puede ser más interesante, abrió la posibilidad de que se realizaran obras en el embovedado del arroyo, que ya se desbordó al menos en otras dos ocasiones.