L La crisis vuelve al Congreso

Zapatero anuncia ahora el recorte del gasto que pidió sin éxito Rajoy Dos políticos en apurosEl resto de la oposición ve al Gobierno "desorientado" e "impotente"

  • El Gobierno detraerá 1.500 millones de euros a todos los ministerios para reforzar la lucha contra el desempleo · El líder del PP le recuerda que ya le hizo esa propuesta hace tres meses y la rechazóTodos los grupos inciden en la necesidad de un pacto de Estado ante la crisis

LA gravedad de la situación económica, con 3,3 millones de parados, no daba juego para muchas bromas. Así las cosas, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se tomaron muy en serio su comparecencia de ayer en el Congreso de los Diputados.

No era para menos, pues aparte de la destrucción de empleo, Zapatero tenía ante sí el difícil de reto de convencer a propios y extraños de que el discurso económico del Gobierno no está agotado y sirve para frenar el efecto dominó destructivo del paro en España. Más allá de buenas palabras y del anuncio de más de1.500 millones de euros para reforzar el gasto social, el dirigente socialista dejó muchas cuestiones sin responder y un mar de incertidumbres.

Quizás ni Zapatero ni ningún dirigente político mundial pueda responder a preguntas sobre una crisis que aún no ha tocado fondo, y que, en opinión de algunos expertos, superará con creces los 4 millones de parados. A pesar de que Rajoy le dio fuerte en determinados momentos, llamándole de forma reiterada mentiroso y otras lindezas, el presidente del Gobierno pasó de puntillas sobre la delicada situación que atraviesa el principal de la oposición. Ese gesto le honra, pero poco más.

Por su parte, Rajoy acudía con los casos de espionaje y de corrupción que vienen carcomiéndole la credibilidad y el liderazgo desde hace unas semanas.

Con todo ese lastre encima y a pesar de que volvió al discurso repleto de descalificaciones que tan poco rédito electoral le ha dado hasta ahora desde que tomara el relevo de José María Aznar, el líder de la oposición recibió un sonoro aplauso de su bancada, que, horas antes, no daba un duro por él.

Es más, muchos de los diputados del PP siguen convencidos de que Rajoy se juega su futuro político en las próximas elecciones gallegas del próximo 1 de marzo más que en las europeas, en junio.

Después del discurso de la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en el Pleno del Congreso de los Diputados, otro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció para dar explicaciones sobre la delicada situación que atraviesa la economía española. Desde que la oposición solicitó su presencia, 300.000 parados más han pasado por las oficinas del INEM, hasta llegar a los 3,3 millones de inquilinos.

En una primera intervención que podría calificarse de recapitulación o de refrito de las seis que acumula durante la presente legislatura - en las subrayó las políticas aprobadas y la gravedad de la situación-, Zapatero anunció que el próximo Consejo de Ministros acordará "una reducción de los gastos no financieros previstos en los Presupuestos Generales del Estado para 2009 por una cuantía de 1.500 millones de euros". "Es un recorte que se sumará al esfuerzo de contención del gastos de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en los que se contemplaba, entre otras medidas, una reducción del 1,8% en los gastos corrientes", explicó el presidente del Gobierno.

Según Zapatero, "esta decisión representa una reducción adicional del 2,6% y se aplicará en todos los ministerios y a todas las partidas de gasto, con dos excepciones: en ningún caso afectarán a las retribuciones de los empleados públicos ni a los programas de protección social".

Al mismo tiempo, Zapatero se refirió a "una serie medidas que deben ser valoradas en el marco del diálogo social", pero que deben servir para "mantener e incrementar la cobertura de la prestación por desempleo, sea cual sea el número de parados que alcancemos" y lograr "una garantía de estabilidad social".

En el último apartado de esta primera intervención, Zapatero planteó la necesidad de "una cooperación nacional" entre el Gobierno, los sindicatos, los empresarios, los comunidades autónomas, las ayuntamientos y las fuerzas políticas, y llamó "al conjunto de la sociedad para atravesar este periodo de crisis y volver a la senda de la prosperidad".

La bancada socialista aplaudió lo justo y al final un discurso del presidente del Gobierno que mantuvo la tónica plúmbea habitual de sus arranques en los debates económicos.

Más efusiva estuvo la bancada popular, a pesar de que la cosa interna no estaba para dar muchas palmas. Tras un arranque que hubiera suscrito el guionista de El día de la marmota sin dudarlo, con una avalancha de preguntas y una apuesta por el tremendismo, el líder de la oposición estuvo especialmente hábil cuando, ante el recorte del gasto público de 1.500 millones de euros anunciado por Zapatero, le sacó la enmienda presentada por el Grupo Popular a los PGE de 2009 que reclamaba un acuerdo de "no disponibilidad de gastos financieros de 1.570 millones de euros" y que fue rechazada (hace tres meses) por el Grupo Socialista. "Podría haberlo hecho hace tres meses cuando presentamos una enmienda", aseveró Rajoy, quien añadió "que lo hicimos y su grupo votó que no".

Abstrayéndose de la que tenía encima, el líder del PP remató su intervención diciéndole a Zapatero que "si decide afrontar en serio la crisis, cosa que hasta el momento no ha hecho, y llevar a cabo una política responsable, estaríamos dispuestos a respaldarle". "Cuando se decida a hacerlo, sin es que algún día lo decide, llámenos", sentenció el líder de la oposición. A pelo, le ganó este primer asalto al presidente del Gobierno.

En la réplica, Zapatero eludió entrar en un cuerpo a cuerpo con Rajoy haciendo uso de la situación interna del PP (solamente o le dijo, en buen tono, "no lo pague usted conmigo"), y optó por intentar construir "una aportación constructiva" en la que el jefe del Gobierno abundó en su oferta a los grupos políticos de la oposición para que "trabajemos juntos incluso en lo que estamos más lejos".

Después de pedirle al PP que apostara también por la austeridad a través de los ayuntamientos de Madrid y Valencia, los dos municipios más endeudados de España, el dirigente socialista admitió que en el recorte de 1.500 millones de euros estaba de acuerdo con Rajoy.

En su turno, el líder del PP mantuvo el nivel de crítica hacia el Gobierno socialista, pero con buen tono. En este segundo asalto, Zapatero ganó por puntos, por agotamiento.

Los grupos minoritarios del Congreso coincidieron ayer en responder al llamamiento del presidente del Gobierno a lograr un frente de "cooperación nacional" exigiéndole una rectificación en su política económica, a la que llegaron a destinar calificativos como "desorientada e impotente".

El diputado de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, puso de manifiesto una vez más la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado para afrontar la reactivación económica, ya que, a su parecer, si no hay acuerdo la crisis ganará el pulso al país y habrá recesión "para rato". "Hoy le vuelvo a pedir, presidente, que cree las complicidades necesarias para un pacto de Estado", subrayó, tras recordar que la situación "es gravísima" y que aquí no hay nadie que tome decisiones. "Cuando se toman, se ejecutan a cámara lenta", denunció el portavoz de CiU.

A su parecer, el pacto tendrá que servir para mantener y crear empleo, garantizar la liquidez financiera y revisar los Presupuestos incorporando el principio de austeridad. "A pesar de la que está cayendo, al Gobierno le está costando mucho entrar al trapo en esta crisis, y esto es grave", señaló Duran Lleida, para quien hay una clara falta de liderazgo político, económico y social porque el Gobierno está "desorientado", mientras que el primer partido de la oposición está "fuera de juego" y los sectores económicos han perdido su tradicional unidad de acción.

El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, lamentó que el Gobierno decida "unilateralmente" sobre las medidas económicas a adoptar y luego intente recabar "a posteriori" los apoyos parlamentarios que necesita. "Liderar es tejer complicidades de modo permanente con los agentes económicos y sociales y, por supuesto, también con los grupos parlamentarios. Y lamentablemente, nada de esto ha ocurrido en los últimos meses", añadió.

El dirigente nacionalista acusó al Gobierno socialista de dar muestras de "desorientación y de impotencia", de adoptar medidas sociales "populistas y muy poco rigurosas" y de haber auspiciado un modelo de crecimiento "irresponsable".

El portavoz de ERC, Joan Ridao, reprochó a Zapatero que "no se deje ayudar" y se niegue "a dar oxígeno" a la oposición, en especial al PP, al que ve "sumido en un auténtico lodazal", proponiendo sólo una petición de cooperación "retórica" y con condiciones ante una "tétrica fotografía" de destrucción de empleo ante la que la percepción de la calle es que "ha perdido la brújula".

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