Granada

El aeropuerto ganará capacidad y seguridad con otra torre de control

  • Está ampliando sus pistas para aviones, avionetas y helicópteros · Construirá una nueva central eléctrica para abastecer sus instalaciones · El aparcamiento de vehículos duplicará sus plazas

Tras el decisivo impulso que supusieron los vuelos baratos, que le ayudaron a triplicar en tres años su número de pasajeros, el aeropuerto Federico García Lorca hace tiempo que se plantea la necesidad de crecer. Y para ello tiene grandes planes, empezando por una nueva y actualizada torre de control, una central eléctrica y una ampliación tanto de la plataforma de aeronaves como del aparcamiento de vehículos. Obras de envergadura para una infraestructura prometedora.

El aeródromo no puede permitirse quedarse pequeño, aunque los tiempos que corren auguren 'vacas flacas', tanto por la crisis económica que se deja palpar en los últimos datos de los aeropuertos españoles, como por el cierre de algunas líneas anunciado para después del verano. El Federico García Lorca, que está la espera de ver en qué lugar se queda en el nuevo escenario, con el viento en contra, no va a abandonar por ello las instalaciones que tiene proyectadas y que persiguen, no sólo el crecimiento sino también la modernización.

El director, Bienvenido Rico, señala que la nueva torre de control supondrá para empezar una modernización "emblemática" del aeropuerto, "al tratarse de su imagen externa". La actual fue construida en 1973, cuando se inauguró el aeródromo, y desde entonces no sólo ha llovido, sino que también se han desarrollado importantes avances que mejoran la seguridad de los vuelos, pero que precisan espacio. "A fecha de hoy es obligado disponer de lugar para albergar nuevos equipos, necesarios para el control del tráfico aéreo y ése ha sido el motivo para decidir acometer esta obra", explica Rico.

Y si la torre de control es la imagen y el símbolo del aeropuerto, su "corazón", apunta el director, es la central eléctrica, que se encarga de la distribución eléctrica a todos los sistemas del aeropuerto. "Con la nueva central se conseguirá dotarlo de mayor seguridad en cuanto a la distribución de energía", afirma Rico, que destaca también la instalación de grupos de electrógenos de emergencia, para paliar posibles fallos de la alimentación eléctrica. Porque un apagón en un aeropuerto es un riesgo que, sencillamente, no se pueden permitir.

Estas dos obras todavía están en papel, pero la que ya está a día de hoy en marcha es la de ampliación de la plataforma y construcción de galería visitable. Con ella se ganan 25.000 metros cuadrados, que se traducen en tres posiciones más para aviones (de tipo MD-88, A-320, y B-737), pasando de las 11 que hay ahora a 14. Además, una vez concluidos los trabajos, se habrán creado 19 puestos para avionetas y uno para helicópteros.

El aparcamiento público de vehículos, de 450 plazas, también empieza a quedarse pequeño. "Durante algunos días de la semana se encuentra saturado", admite el director del aeropuerto, "siendo necesario habilitar una nueva zona, denominada P-2", prosigue. "Para resolver esta deficiencia se ha redactado el proyecto de ampliación y se ha tramitado la contratación de obras", apunta. Así, el aparcamiento duplicará su capacidad actual, ya que podrá albergar cerca de mil vehículos.

Todos los proyectos para el aeródromo granadino se recogen en su nuevo Plan Director, que se encuentra en proceso de aprobación y pendiente de la valoración del impacto ambiental. Se trata de una actualización del que se aprobó en 2001, que se hace necesaria entre otras cosas, como el director ha apuntado en alguna ocasión, porque "en el 2000 no se tuvo en cuenta la aparición de los vuelos de bajo coste, que tan importante desarrollo han supuesto". Ahora habrá que ver cómo se desenvuelve el Federico García Lorca ante la nueva coyuntura. Por ahora, confía en poder crecer.

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