A medio gas. Así estaba el aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén en el día de ayer, el primero en que se hacía efectiva la supresión de cuatro de las seis rutas de Ryanair. No llegaron los vuelos procedentes de Barcelona a las 10:00 ni el de Madrid a las 11:11. Por la tarde, tampoco aterrizaron en Chauchina los de Gerona a las 20:05 y el de Londres a las 21:35.

El descontento de los trabajadores del aeródromo era palpable; no en vano, ya por la mañana se notaba demasiado la ausencia de dos de los vuelos que más pasajeros han transportado: los de Madrid y Gerona.

La tranquilidad obligada de la jornada se vivía hasta en la puerta. Justo allí, el taxista Artemio Hernández explicaba que tanto él como sus compañeros perderán "un 30% de los servicios". Y peor parte, bajo su punto de vista, se llevará el autobús, que perderá un 80% de los pasajeros. "Los jóvenes que venían en los vuelos baratos no se gastaban dinero en taxis, preferían coger el bus", explicaba el taxista.

En la ventanilla de Aena, la responsable daba buena cuenta de ello mientras atendía a algunos usuarios que, en persona o por teléfono, le preguntaban qué pasaría ahora con las cuatro conexiones canceladas: Gerona, Madrid, Londres (Stansted) y Liverpool.

"Se está notando muchísimo porque la mitad de los pasajeros de Granada se movían con Ryanair. Sobre todo la cancelación de la conexión con Gerona, desde donde la aerolínea conectaba con muchísimos sitios. Esos aviones, que tenían capacidad para 180 personas, solían venir llenos, sobre todo de japoneses. Además, ahora sólo quedan tres o cuatro empleados de Ryanair", relataba la joven.

Y es que Gerona es una de las bases de operaciones de la aerolínea irlandesa. Desde allí se ofrecen destinos como Alguero, Palma de Mallorca, Trapani, Sevilla, Bristol o Lille, entre otras muchas.

Justo en frente, la taquilla de Ryanair lucía su cierre, que se prolongó durante todo el día. "El servicio de atención al cliente sólo se abre un par de horas antes de cada vuelo y cierra en cuanto el avión despega. Pero hoy no abrirá", aseguró.

Tampoco había actividad alguna en las agencias de alquiler de coches del aeropuerto, ya que los usuarios de este servicio provienen de Liverpool, Londres y Nothingam.

En la ventanilla de Turismo, Luisa Casades miraba el planillo de actividad de los últimos días y lo comparaba con el de ayer: "En la mañana del domingo tuvimos 16 vuelos pero hoy sólo once, cinco menos. Ayer estuve trabajando hasta las 22:00 horas por el vuelo de Ryanair desde Londres, pero hoy acabaré a las 22:05, cuando llegue el vuelo de Barcelona de Spanair, ya que no hacemos Iberia a las 23:00 horas".

Aunque la responsable aún no tenía datos de cómo la cancelación de las cuatro rutas había repercutido durante la mañana, valoró que los trabajadores, hasta los de las tiendas, están "asustados".

Incluso en la cafetería se notaba la intranquilidad de algunos empleados hasta el punto de que Francisco Pinilla, uno de ellos, hablaba de "incertidumbre". Porque, tal y como confirmó la responsable de Aena en el aeropuerto granadino, el servicio de cafetería aumentó mucho con la llegada de los vuelos de bajo coste y, como consecuencia, se incrementó la plantilla de forma considerable. ¿Qué pasará ahora?

El caso es que la aerolínea ya advirtió de que su marcha de Granada provocaría la pérdida de hasta 400 puestos de trabajo locales, si bien el presidente de la Diputación Provincial, Antonio Martínez Caler, considera que serán 200 los empleos que se queden en el camino tras la cancelación de las cuatro rutas.