VACACIONES SOLIDARIAS

El agua que devuelve la vida

  • Este voluntario lleva casi 30 años colaborando con la ONG Gea. Acaba de volver de su último proyecto en el Nepal donde junto a un grupo de voluntarios de esta organización han conseguido llevar agua potable a las aldeas.

DESASTRES naturales es en lo que la organización con la que lleva colaborando Julián desde hace casi 30 años, Gea, trabaja para paliar las consecuencias de estas catástrofes.

Casi treinta años le han servido para ayudar a muchas personas que se han visto en situaciones de emergencias donde los elementos tan básicos como el agua escasean. Desde el terremoto de Indonesia, el de Haití, Filipinas, Lorca y ahora Nepal, él junto a diferentes voluntarios de la ONG han hecho todo lo posible en materia de búsqueda y rescate, llevando productos básicos y, lo más importante, instalando potabilizadoras de agua. En el último proyecto llevaron una de éstas al poblado de Jaobari (Nepal) para garantizar el acceso a este bien que permite beber agua en buenas condiciones, asearse y evitar plagas que en estas circunstancias podrían ser devastadoras como asegura Julián.

Cuando llegan a nuestros oídos los desastres naturales no nos percatamos de la importancia del saneamiento del agua, sin la que la vida difícilmente puede salir adelante. Gea tiene contacto con una empresa de máquinas potabilizadoras especiales para estas situaciones que son autónomas, a esto hay que sumarle un técnico en aguas, que colabora con la ONG, para poder instalar correctamente la maquinaria.

Este voluntario ha hecho estos trabajos en otras ocasiones en lugares que se encontraban en emergencia, pero destaca la diferencia que hay en la recuperación de estos sitios dependiendo de la cultura. Mientras que en Haití al ocurrir el terremoto se desató la violencia, lo que multiplicó los daños, en Nepal la actitud y la cultura es totalmente diferente y existía un clima de cooperación y ayuda entre ellos como relata Julián. "Lo que cambia el tiempo de recuperación es simplemente el concepto cultural" afirma.

De esta experiencia lo que se ha llevado principalmente ha sido el cariño de la gente, "ves cómo personas que no tienen nada te lo ofrecen todo" asegura y sobre todo el factor humano, porque "todo lo demás es sustituible" pero el cariño y la sensación de gratitud "no tiene precio" en sus palabras. Lo que más le ha impresionado es cómo éstas personas que se enfrentan a situaciones tan duras como perder a familiares y todos sus bienes lo llevan con "serenidad y tranquilidad", como con cierta resignación, explica, pero en ningún caso forzada.

Para Julián las experiencias son las que te hacen ser solidario, "uno no es solidario porque sí" cuando estás en situaciones en las que has ayudado y te has sentido bien te das cuenta. "No hace falta ser ningún experto" para ser voluntario, asegura. Piensa que para conseguir una sociedad solidaria es imprescindible educar en valores que "tenemos que ir recuperando" para llegar a una sociedad de "verdadero nivel".

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