Granada

Las alternativas más 'cool' al helado

  • El té y el yogur son los nuevos competidores refrescantes y fríos del que hasta ahora era el rey del verano por excelencia

Es un secreto a voces y pura lógica. Cuando el calor aprieta no hay remedio más eficaz que tomar algo bien frío. Pero lo que no está tan claro es la forma y el sabor de ese algo helado.

El recurso más tradicional lo encontramos en las heladerías que llevan toda la vida en Granada, como Los Italianos, Casa Isla, La Perla o La Rosa. En estos establecimientos bien conocidos por los granadinos se mezclan los sabores de antaño con los conguitos, el brownie o el vainilla-cookies. Sin duda hay para todos los gustos: los más mayores prueban la combinación de turrón, tutti-fruti, café irlandés, leche rizada o el clásico nata-nuez, los jóvenes se decantan por los sabores más novedosos como Kinder, Oreo o mascarpone. Y, curiosamente, los extrajeros se vuelven locos por el ron con pasas.

No sólo en el gusto está la variedad; de hecho, el cliente es cada vez más exigente y hay que conquistarlo a través de todos sus sentidos. Por eso en la heladería de Nicolo y su esposa, Fior di gelato, el producto viene presentado en forma de sorbete, de sándwich y de cucuruchos almendrados, además de ser todos los helados de crema casera y tan apetecibles como el de donuts con Nutella, fruta de la pasión y yogur tropical. "A pesar de que el más popular sigue siendo el helado de crema, cada vez se vende más granizado, porque el tradicional es más pesado y se derrite mucho antes. Nuestros sabores para el granizado son muy refrescantes hasta para el oído: manzana verde y kiwi, lima, coca-cola, fresa y naranja", precisa Nicolo. Lo que el propietario destaca de las personas que visitan su negocio en busca de placer helado es la fidelidad, afirma que tienen muchos clientes fijos además de los eventuales que se ven atraídos por las cremas y frutas de su escaparate.

Siguiendo la ruta que marca el mapa de heladerías, se encuentra otro desvío curioso: una tienda de té. La respuesta a la pregunta qué me puede ofrecer una tienda de té para sofocar las altas temperaturas de la ciudad es fácil: té helado. Granada Tea ofrece vasos de fría lima japonesa, mango, coco, melocotón, hierbabuena y piña colada por poco más de un euro. Cada día distinto, cada día un sabor nuevo para el consumidor, que atrae tanto a los mayores como a los jóvenes. "Antes sólo lo ofrecíamos como degustación, pero ha tenido mucho éxito y lo hemos convertido en producto fijo. Gusta más porque quita más la sed que un helado y es más sano, aporta antioxidantes y es diurético", explica Ana Martínez, encargada del establecimiento en la calle Recogidas.

Sin ir más lejos, justo en la acera de enfrente, hay yogures helados: los Smöoy. Para descubrirlos sólo hay que dar cuatro pasos. Primero, escoger el tamaño de la tarrina. Segundo, elegir la base entre yogur natural o especial, que cambia cada semana, o entre helado de chocolate o nata. Tercero, añadir toppings, es decir, trocitos de frutas naturales, chocolates variados, galletas, frutos secos y salsas calientes, en total más de 36 ingredientes distintos para cubrir la base. Y, por último, llevárselo a casa o dónde se quiera, porque con el envase térmico esta delicia gélida se conserva más tiempo.

El auténtico helado de yogur de Smöoy, además de sabroso, es sano. En el ámbito nacional es el único bajo en grasas, con fibras naturales, probiótico y rico en calcio. Toda una delicia para reducir los efectos del calor y cuidar la salud. "Creo que el éxito, teniendo en cuenta que sólo llevamos abiertos un mes, se debe a que es un producto muy personalizado porque el cliente puede elegir entre una gran variedad de ingredientes y muchas formas de combinarlo. Por si fuera poco cada semana se renuevan y entran más novedades", afirma María, la encargada en el establecimiento de un llamativo color rosa.

Siempre es tiempo de helado y ahora, en verano, más. Para los prudentes es mejor la crema helada tradicional, en todo su registro de sabores, y para los más intrépidos son mejores las alternativas frías como el yogur o el té. Por la mañana, antes de comer o por la tarde y por la noche, las oportunidades para disfrutar de un algo helado son tantas que no hay que dejarlas escapar, cada cual que se dé ese caprichito a su gusto.

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