Granada

Un año en blanco para Granada

  • La ciudad lleva diez meses inmóvil El primer escollo fue la configuración del gobierno, luego el presupuesto y ahora una operación policial que tiene al alcalde contra las cuerdas

Granada amanece todos los días con el tradicional trasiego de estudiantes y trabajadores que se afanan en llegar rápido a la oficina. Hay 26.000 personas que no tienen que correr; un día más volverán a figurar en las estadísticas del Inem. Mientras, el bar de la esquina sirve los primeros cafés de la mañana y los negocios levantan la persiana. La vida ha transcurrido este último año con aparente normalidad en la capital, pero la realidad que se ha vivido en la plaza del Carmen ha congelado el futuro de Granada.

Las elecciones del pasado 24 de mayo provocaron la pérdida de la mayoría absoluta del PP dejando en paños menores las vergüenzas económicas de un Ayuntamiento que maneja unos numerosos imposibles (solo para 2016 son necesarios cerca de 17 millones de euros extra). Si a esta situación se unen las 'cacareadas' pero nefastas dotes de diálogo de la clase política y la falta de acuerdo para sacar adelante un presupuesto, el resultado es desolador. Para terminar de rematar el cuadro, hay que añadir una operación policial contra una presunta trama de corrupción urbanística en la que son detenidos el alcalde de Granada, la concejal de Urbanismo y otros 14 funcionarios y empresarios de la ciudad.

La parte más dolorosa de esta situación es que, como viene siendo habitual, las consecuencias de esta fea coyuntura las sufre la ciudad. Supimos a lo largo de estos diez meses de un agujero en la televisión municipal (TG7) de más de 500.000 euros que se fueron a pagar "servicios extraordinarios". El Ayuntamiento intentó cerrar el tramo de 0 a 3 años de sus exitosas escuelas infantiles municipales y hubo un amago de subir el IBI un 10% del que nos escapamos gracias a la presión de los partidos de la oposición, aunque unos meses más tarde nos caería irremediablemente una subida del precio del autobús del 16% situándose el billete simple entre los más caros de España: 1,40 euros.

Entre tanto, se han ido sucediendo plenos y juntas de gobierno de esmirriado contenido. Esta situación, que al principio nadie quiso aceptar, pasó a ser un secreto a voces que emplearon los grupos políticos para excusarse y justificar esta inacción. Unos acusaron a otros de no plantear un presupuesto coherente con ingresos y gastos que cuadraran (oposición) y los otros acusaron a los unos de no colaborar en su labor de oposición dando alternativas para diseñar unas cuentas imposibles (equipo de gobierno).

Mientras, el reloj va avanzando y el calendario se aproxima peligrosamente al mes de junio, fecha en la que habrá que empezar a amortizar los créditos que se pidieron para hacer frente al plan de pago a proveedores. Paradojas de la vida municipal; los intereses de crédito todavía no se han empezado a pagar y el periodo medio de pago de las facturas ha vuelto a salirse de los límites de establece la ley situándose en más de 80 días cuando la ley fija en 60 el máximo que debe esperar un proveedor para cobrar del Ayuntamiento.

Por supuesto el hecho de que la ciudad no disponga de unas cuentas nuevas impide toda posibilidad de inversión ya de por si mermadas desde hace años por una crisis económica que ha recortado desde 2007 a la mitad el presupuesto municipal.

Antes de facilitar la alcaldía a Torres Hurtado, Luis Salvador obligó al equipo de gobierno a firmar un documento de 50 puntos de obligado cumplimiento que, mal que bien, ha ido permitiendo que se den algunos pasos en la ciudad. Se prohibió la fiesta de la primavera y desde principios de abril no se puede beber en el botellódromo si no es viernes, sábado o vísperas de festivo. La medida tiene el riesgo de volver a sembrar la ciudad de pequeños botellones y ha trasladado el problema a los pisos de estudiantes despertando la indignación de los vecinos. Otro de los capítulos que merece un trabajo sin fisuras desde el punto de vista económico es la LAC. El observatorio de la movilidad acordó introducir las líneas SN4 y SN1 por el centro para conectar la ciudad de punta a punta sin necesidad de estar subiendo y bajando, pero la medida solo ahorrará un millón de euros cuando el sistema supone a la ciudad un agujero de más de 5. Se intensificó el sonido de las máquinas canceladoras para evitar los más de 300 recargos al mes de 40 euros a los granadinos y se ha decidido abrir la castigada biblioteca de las Palomas el próximo 22 de abril.

Se puso en marcha por mandado legal la oficina de la transparencia, aunque su efectividad ha servido de poco. En tres meses ha sido utilizada por políticos dispuestos a sacar información contra sus oponentes y funcionarios interesados en saber cuántos trienios de más tiene el compañero. Los días siguen pasando en una ciudad que necesita decisiones, trabajo y honestidad de sus dirigentes, aunque la imagen del pasado miércoles será difícil de olvidar.

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