Granada

Los diez años 'en blanco' para los grandes proyectos de la provincia

  • El PTS, que prácticamente da ahora sus primeros pasos, ha sido una de las pocas transformaciones de calado en Granada

El Camino de Ronda, 'levantado' durante las obras del Metro.

El Camino de Ronda, 'levantado' durante las obras del Metro. / archivo

Los años del Camino de Ronda levantado por las obras del Metro, los del Milenio que murió en el intento, los del AVE más lento del mundo y la estación de Moneo que se perdió por el camino, los de la Universiada adjudicada a Granada porque no competía con nadie más y celebrada años más tarde a duras penas, los del Atrio de la Alhambra que voló por la habitual polémica en estos lares, los del Centro Lorca abierto con las estanterías vacías y gracias a la generosidad noruega... Son tantos los ejemplos de que la década que va de 2008 a 2018, la de la crisis, ha sido una época en blanco para las infraestructuras y los grandes proyectos de Granada que cuesta enumerarlos. Claro está que no en todos los casos se ha tratado de una cuestión económica, sino de falta de voluntad u otras cuestiones políticas, pero no se puede obviar que el hecho de que las instituciones se quedaran 'sin blanca' siempre ha sido el telón de fondo de los atrasos y diversas decepciones de los últimos diez años.

Sin ir más lejos, la realidad urbanística de la ciudad de Granada sigue siendo prácticamente la misma. En estos diez últimos año, Granada apenas ha cambiado su imagen más allá de algunos edificios que se han recuperado o el cambio de sede de algunas instituciones, y la salvedad del Parque Tecnológico de la Salud, el gran polo de desarrollo de la capital y el Área Metropolitana, del que se puede decir que ha ido al ralentí y está dando sus primeros pasos después de la apertura tardía del moderno hospital en 2016, el punto de partida a partir del cual esta zona está empezando a construir todo el desarrollo del PTS.

Sí es cierto que se han inaugurado algunos grandes proyectos como el mencionado hospital, que llegó tres años más tarde de lo esperado, o la A-7, una autovía de la Costa que se abrió por completo en 2015, poco antes de un proceso electoral, tras décadas paralizando el futuro del litoral granadino. En este último año llegó también el Metro, un caso paradigmático pues de haber sido calificada durante años como una obra faraónica por su elevado coste y que acarreó problemas para los vecinos de buena parte de la ciudad, finalmente su puesta en marcha en 2017 -justo cuando se empezaba a asomar algo la cabeza tras la crisis- ha venido a sumar y a ser, hasta la fecha, la mayor revolución de Granada en su historia reciente. Un símbolo de la crisis que ha sabido quitarse ese sambenito.

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