Granada

Los barrios se desesperan con los transbordos de la LAC

Una gran transformación viene siempre acompañada por un período de crisis. Este trámite, que no siempre tiene un final amargo -aunque el término esté socialmente aceptado como tal- es el que está viviendo la capital de Granada. El nuevo sistema de transporte público formado por la Línea de autobuses de Alta Capacidad (LAC) tuvo ayer su segundo día de existencia, pero su primera 'prueba de fuego'. Tenía que sobrevivir a una jornada laboral ordinaria, atascos, agobios y estrés incluidos. Y el resultado dejó diferentes sabores en el paladar de los ciudadanos.

La mayoría de granadinos hizo gala de esa 'malafollá' que muchos dicen llevar intrínseca todo aquel que nace a los pies de Sierra Nevada. "Pero, ¿el cinco ahora dónde se coge?", decía una mujer de avanzada edad. "Ya no hay cinco, señora, y tampoco pasa por Camino de Ronda", contestaba otro más joven. "¿Ahora todos pasan por la Caleta?", comentaba otra. "Los que sean LAC, sí", espetaba una cuarta voz. Preguntas y más preguntas que ansiaban encontrar respuestas. Eloy Palma, uno de los usuarios ayer sí fue más duro: "Granada es una ciudad muy pequeña como para tener que hacer tanto transbordo". Los reproches venían, sobre todo, de los vecinos de los barrios no céntricos. Sentencias cuasi despiadadas e, incluso, fuertes acusaciones al PP, del que alguno dijo que "sólo gobierna" para el casco histórico.

En los aledaños de la Plaza del Carmen sí era más fácil encontrarse con personas que trataban de quedarse con el sentido positivo a la LAC. "Yo lo veo más cómodo que antes, no contamina y estoy seguro de que va a ser más práctico que el Metro y nos vamos a acostumbrar muy pronto; no es para tanto", manifestó Francisco Román. "Además, nos aumentan el transbordo".

Lo que es indudable es que el nuevo sistema necesita tiempo para asentarse, y para que los ciudadanos se habitúen a su uso. Pero también que aún quedan detalles por pulir. A veces, entre la parada y los vehículos se hace difícil la entrada a las personas con discapacidad ya que, a pesar de haber elevado la superficie de las marquesinas, aún queda un pequeño escalón. Se puede entrar y salir por cualquiera de las cuatro puertas, mas todavía falta mucho civismo para que el acceso a los autobuses sea más ordenado y que nadie quiera ser el primero en montar o descender.

Las líneas de la LAC, salvo casos residuales, están cumpliendo con su frecuencia de paso entre paradas -prevista con unos 3 minutos de diferencia entre cada bus- pero acumulan retrasos generales si el transbordo es acción obligada con los vehículos de los barrios. Un granadino, incluso, cronometró la diferencia y aseguró que había tardado en llegar a su destino "12 minutos más" que con la anterior ordenación.

Uno de los principales "incordios" fue el del espacio. Se aumentan las dimensiones de los autobuses, pero ayer muchas personas no pudieron subir a la LAC en su primer intento. Cuando se detuvieron, éstos iban repletos, por lo que necesitaron 'probar suerte' en los siguientes. "Circulan cada tres minutos, la espera entre líneas es mínima. Granada es como es, muy particular, y todos los granadinos, entre los que me incluyo, salimos a la calle para montarnos en nuestros flamantes buses nuevos porque nos hace mucha ilusión. Es consecuencia de la novedad y, quizá, eso fue algo puntual", argumentó el portavoz del gobierno municipal, Juan García Montero.

En la calle y en las redes sociales se había organizado, además, un gran revuelo estos días ante supuestas "amenazas y coacciones" de la Policía Local a los taxistas. Algunos de los conductores profesionales denunciaban que no se les deja parar ni en la Calle Reyes Católicos ni en Gran Vía, y que las autoridades no se lo comunicaban, precisamente, de buena gana. Y el PSOE se hizo eco. "Me consta que se ha amenazado con multar a los que paren a los pasajeros en el recorrido de la LAC", indicó el edil Miguel Ángel Fernández Madrid. "No creo que existan tales amenazas", replicó García Montero, destacando la "solvencia, seriedad y eficacia" de la Policía Local de la ciudad. "La gremial del taxi es uno de los grandes aliados de este Ayuntamiento. Trabajamos con ellos de manera diaria, con contactos permanentes y ellos son uno de los grandes beneficiados de que el sistema de transporte despeje el tráfico en el centro", agregó.

El presidente de la Asociación Gremial del Taxi de Granada, Juan Túnez, por su parte, declaró "no tener noticia" de ningún "problema" en los días que lleva funcionando la LAC, aunque avisó que poseían "cierto resquemor" a que se elimine lo que consideran su "seña de identidad": el traslado puerta a puerta. "Estamos expectantes para no vernos perjudicados; lo único que nos han cambiado han sido algunas paradas, con dificultades, por ejemplo, en la de la Caleta pero mientras no nos suponga perjuicio... Si hemos convivido con los antiguos autobuses, ¿por qué ahora no? Lo que sí haremos es luchar por lo nuestro", señaló Túnez. Asimismo, consideran "excesivas" las dos semanas de servicio LAC gratuito, algo "injusto" y que les está perjudicando "un poco".

Uno de los puntos conflictivos en cuanto al tráfico se situó en el entorno de la Avenida Doctor Olóriz. Allí los nervios estaban a flor de piel. Pero, sobre todo, en el final del recorrido de la Línea de Alta Capacidad, en Cruz del Sur. En el entorno tienen paradas tanto la LAC como varias líneas 'comunes', y ocurre un fenómeno que el Consistorio deberá revisar. Al tener menor frecuencia de paso, los usuarios se acumulan en esas paradas para acceder a los colectivos de los barrios de manera más pronunciada. Cuando éstos llegaban, tardaban más en cargar y descargar. La aparición de la LAC y sus dimensiones impiden adelantarlos, por lo que ayer se acumularon hasta cuatro de esos vehículos de unos 20 metros seguidos, esperando a que sus clásicos compañeros - que todavía conservan el color rojo- culminasen su tarea. Todo ello, claro está, regado con el intenso tráfico privado en hora punta.

El grupo municipal del PSOE denunció, igualmente, la falta de "sostenibilidad económica y ambiental" del nuevo transporte, que deja latente, a juicio de Fernández Madrid, la "visión exclusivamente localista" del novedoso sistema, obligando a los ciudadanos del área metropolitana a recurrir al vehículo privado. Junto a la también concejal Raquel Ruz, censuraron que la transformación en la movilidad "acabará" también con el bus turístico y con sus 14 trabajadores, que se "irán a la calle" al no ser "rentable" por no poder estacionar en el centro. "Perderemos un servicio turístico implantado en las principales ciudades del mundo", dijo Ruz.

Juan García Montero explicó que, únicamente, "velaban" por los intereses de los ciudadanos cuando obligaban a la empresa concesionaria del servicio -City-Sightseeing- a cumplir con el convenio que firmaron con el Ayuntamiento. "Lo que me extraña es que no hayan criticado el color de algunas franjas luminosas que tienen la LAC o el nivel de presión del neumático trasero derecho", ironizó.

Ambos bandos, no obstante, coincidieron en que es pronto para sacar conclusiones de una variación en el ordenamiento de tal relevancia. Infraestructura "revolucionaria" que ha convertido a Granada, según García Montero, en un "ejemplo" a seguir. "El que critique la sostenibilidad de la LAC vive en Marte. El PSOE ha perdido el norte [...] Si hacemos una comparativa en cuanto a la capacidad que tienen algunas instituciones de poner en marcha sistemas de transporte modernos y la incapacidad de otras de poner en marcha otros sistemas que tenían su fecha de finalización hace años y que todavía están esperando para recibir la última fase de financiación…".

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